Análisis Kholat
26 mayo, 2020Bienvenidos a la nave del misterio
Hace muy poco escribía en esta casa un artículo sobre los Walking Simulators y su apuesta por la narrativa como elemento jugable: la importancia de los escenarios y de cómo estos nos obligan a reconstruir la narrativa. Los pasos se convierten en los mecanismos que encienden la llama de la imaginación y nos llevan a descubrir historias donde, en apariencia, ya no queda nada más que la huella de lo que aconteció. Mezclar esta mecánica con el terror puede ser compleja, pues el arte de caminar precisa de cierta calma y relajación que, por su propia naturaleza, el terror no puede ofrecer. Por suerte, Kholat sabe combinar los dos elementos en su justa medida para ofrecernos una experiencia inmersiva, ahora, en nuestra híbrida de Nintendo.
El punto de partida es, cuanto menos, sumamente atrayente para aquellos que gocen del misterio y el terror, pues está basado en hechos reales: el 2 de febrero de 1959 nueve excursionista murieron en extrañas circunstancias en el conocido como incidente del Paso Diatlov. Según se informó, los excursionistas rasgaron la tienda de campaña en la que descansaban desde dentro y huyeron con lo puesto, algunos en ropa interior. Los cuerpos presentaban múltiples heridas, algunos con signos de lucha, otros con partes del cuerpo desgarrada, otros con contusiones internas inexplicables… A día de hoy, aún no hay respuesta para lo que ocurrió y ello ha dado, como no podía ser de otra manera, pie a toda una serie de teorías a cada cual más rocambolesca que la anterior. Un punto de partida, como decía, sumamente atrayente para los amantes del terror: Kholat no pretende dar respuestas ciertas a lo acontecido, antes bien, lo utiliza para elaborar una nueva historia que se sirve de aquellos sucesos para crear una narración totalmente nueva y original.
Con ello quiero decir que no trata de recomponer los últimos instantes de los nueve excursionistas muertos, sino que se sirve de esta base para componer una historia propia: una reimaginación con tintes paranormales de hechos reales. Una idea, esta, muy interesante y que el juego sabe exprimir gracias a los abundantes documentos que nos iremos encontrando en los páramos de Kholat Syakhl, la colina donde ocurrió el trágico suceso: no viviermos los hechos en primera persona, sino que nos veremos en la piel de un investigador que trata de poner cara a los extraños sucesos. Un puzle, un mosaico de historias que iremos recomponiendo mientras caminamos por los parajes nevados y oscuros: un caminar casi sonámbulo, próximo más a la pesadilla, al horror… y, pese a todo ello, pese al horror, a lo paranormal, Kholat sabe ofrecernos un espacio de contemplación gracias a un paisaje maravillosamente bien recreado y, sobre todo, sobrecogedor por su belleza.
Los escenarios que recorreremos, mapa y brújula en mano, estarán sumergidos por ese hálito extraño que otorga la nieve: un escenario tan irreal como palpable en el que lo sobrenatural se mezcla con la contemplación del vacío y lo sobrecogedor. Kholat da el espacio que la naturaleza se merece como elemento narrativo gracias a esas largas caminatas en las que deberemos encontrar ciertos lugares que, gracias a unas coordenadas anotadas en el mapa, podremos descubrir. Estos largos recorridos, en los que será fácil perderse si no sabemos hacer uso de la brújula, sirven de marco perfecto para entender el poder perturbador e inquietante de la montaña: suena extraño, pero caminar en este videojuego se ha convertido en una mecánica tan preciosa como acongojante. Un equilibrio extraño entre la belleza y la angustia, entre lo atrayente y lo ominoso: curiosa mezcla la que consiguen los desarrolladores en esta obra.
Teniendo en cuenta que las herramientas de las que parte son extremadamente sencillas (un mapa, una brújula, unas coordenadas y múltiples documentos para leer), Kholat sabe extraer gran parte de su pontencial gracias al contraste entre las largas caminatas hasta los puntos señalados y a la congoja que se genera al llegar a ellos. No es que únicamente sea complejo llegar hasta allí, pues lo caminos son sumamente laberínticos, sino que una vez nos aproximamos a estos objetivos, una presencia sobrenatural comienza a perseguirnos con el único objetivo de acabar, claro está con nosotros. Unos instantes de tensión que rompen con la dinámica general de la obra y que nos brindan instantes de incertidumbre que sirven de contrepeso perfecto al ritmo pausado del juego. Lástima, no obstante, que estos espacios a los que debemos llegar no se sientan como elemento orgánicos en el paisaje, es decir, como una prolongación del espacio que hemos alcanzado y que tan largos minutos de caminata nos han costado, sino como un escenario que se nos repentinamente y que no dialoga con su entorno. Aún así, estos altos en el camino desprenden el suficiente encanto propio como para hacernos olvidar ese hecho.
Por otro lado, a la historia le pasa factura partir de un hecho tan truculento y con tanta mitología cono el incidente del Paso Diatlov: el interés inicial se va diluyendo poco a poco a medida que las horas van pasando y que la narración se va desarrollando. No obstante, cuenta las excelentes voces de Sean Bean y Mary Elizabeth McGlynn para hacer fluir la trama y su trabajo es francamente notable. Por supuesto, el juego está subtitulado al castellano de manera excelente.
Kholat es una apuesta arriesgada a medio camino entre el Walking Simulator y el terror pero que sabe salir ganador gracias a una ambientación soberbia: su apartado gráfico, pese a las ralentizaciones y al popping, sabe mostrarnos un paraje tan bello como mortal. Ello acompañado por unos efectos sonoros que transmiten la dureza y soledad de la montaña de manera fidedigna. Sin duda, una obra estimulante, con altibajos en su desarrollo argumental, pero con un tono pausado, lento, que hará las delicias de aquellos que quieran pasar un buen rato de tensión sin temor al susto gratuito. Un ejercicio de estilo y concisión que consigue que caminar por caminos pesadillescos sean un auténtico deleite.
- Darkest Dungeon II. Análisis. - 30 octubre, 2024
- Análisis Another Code Recollection - 19 febrero, 2024
- Análisis Blasphemous 2 - 17 agosto, 2023