Análisis de Sunday Gold
3 octubre, 2022No sé las veces que jugando a Sunday Gold se me ha ido sin querer la mente a otros productos que me encantan y llegaban como flashes a la memoria, y eso es una muy buena señal de entrada. Esta aventura de BKOM Studios no dejará indiferente a nadie y realiza una apuesta arriesgada que sale bien desde el primer momento.
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La mezcla de géneros de la que hace gala Sunday Gold ha sido una bocanada de aire fresco en el mundo de las aventuras gráficas. Echando mano de un marcado apartado artístico que vira en muchos momentos hacia el cómic, esta obra de los canadienses BKOM Studios había conseguido lanzarme el anzuelo. Este estudio había trabajado en proyectos menores encargándose de la interfaz de usuario de Age of Empires IV para Microsoft o adaptando a PC Tomb of Annihilation, el juego de mesa basado en la mítica campaña de Dungeons & Dragons. Pero Sunday Gold es el paso que les faltaba para ponerse sobre el mapa y empezar a recibir la atención de los jugadores que adoren las clásicas “point & click”.
Y es que el juego nos permitirá acompaña a Frank, Sally y Gavin, tres habitantes de una Londres distópica que por momentos es capaz de traer a la memoria las grandes películas de Guy Ritchie sobre la mafia londinense, esas historias de ladrones y de corrupción en corporaciones y grandes celebridades. Nuestros tres buscavidas de poca monta terminarán trabajando juntos en un prólogo que sirve como genial toma de contacto con lo que va a ser el resto del título que se dividirá en capítulos como si de un libro o serie se tratara.
El juego flirtea con éxito con los géneros del RPG y la estrategia debido a su combate por turnos y su sistema de progresión, pero también por las opciones que tendremos a la hora de resolver las situaciones. Los escenarios estáticos son muy vistosos, con una estética de cómic europeo de buen gusto que le sienta como anillo al dedo y que recuerda vagamente a juegos como Disco Elysium. Dentro de estos escenarios seremos capaces de interactuar con diferentes objetos a lo point & click con el objetivo de recoger objetos o activar ciertas secuencias en el videojuego.
Como buen juego indie la necesidad afila el ingenio y tal vez buscando ahorrar recursos, a la hora de interactuar con objetos veremos como el personaje se “teletransporta” al lugar en cuestión como si hubieran realizado un corte en una película, sea como sea, funciona. La cosa se pone interesante cuando vemos que para llevar a cabo ciertas acciones como inspeccionar, o equipar ciertos objetos del inventario se va a requerir que gastemos puntos de acción entrando en juego el matiz estratégico y rolero del asunto. Cuando nuestros personajes se queden sin puntos de acción acabará el turno y subirá algo el nivel de alerta. Debemos tener controlado el nivel de alerta ya que esto propiciará el combate contra más enemigos de los deseados y ahí es donde el juego muta hacia el lado más rolero con un combate por turnos al más puro estilo Persona.
Las similitudes con el título de Atlus hay que cogerlas con pinzas ya que hablamos de cosas mayores pero el combate por turnos presenta elementos de sobra conocidos como la disposición de rivales enfrentados, escoger el tipo de ataque que mejor venga, aprovechar las debilidades y resistencias de los enemigos y echar mano de estados alterados para cambiar el curso de la batalla. Mención especial a efectos como la pérdida de compostura, una mecánica que nos obliga activamente a vigilar el estrés y la ansiedad de los personajes y aplacarlos con objetos consumibles o con el liderazgo de Frank para evitar que el personaje no actúe a lo loco. Un combate que si bien las primeras horas nos da una sensación de frescura con animaciones stop motion o grafismos súper chulos para golpes y gritos, con el paso del tiempo peca de tener algo de falta de profundidad quizá fruto de esa limitación de recursos a la que hacíamos mención antes. Tendremos habilidades que irán desbloqueándose y subida de niveles mediante un progreso de experiencia, pero estando el rol tan presente multitud de he de decir que la cosa me ha quedado aquí algo deslucida, aunque tal vez este juicio sea algo injusto debido a una falsa sensación de echar de menos algo que no está ahí del todo.
Qué raro describir un juego así y referirnos a él como aventura ¿no? Pues lo cierto es que el alma de aventura point & click sigue siendo lo más presente con partes donde tendremos incluso que resolver ciertos puzles visuales para seguir avanzando, abrir cerraduras, hackear sistemas y cosas por el estilo. Hemos jugado en Steam Deck y sigo pensando que los trackpads son una de las joyas de la máquina de Valve pero en su pantalla de 720p se hace por momentos algo difícil leer todos los textos por un tema de tamaño.
Y es que durante la travesía tendremos muchos diálogos con opciones que eso sí, tampoco cambiarán en exceso el curso de los acontecimientos pero que nos descubrirán grandes momentos. Y es que a pesar de ser un juego que no tiene voces en castellano, mediante sus textos vamos a descubrir un enorme mimo en su guión. Tres protagonistas con personalidades muy distintas (adoro a Sally) o con inquietudes y humor propios que los hacen muy paladeables para aquellos jugadores que disfruten las escenas de conversación casi tanto como las de plena acción.
Además a poco que nos manejemos en la lengua de Shakespeare podremos deleitarnos con un excelso doblaje en inglés. No salimos del apartado sonoro porque además de los efectos de sonido que condimentan los combates y la exploración, Sunday Gold tiene una banda sonora muy variada donde echa manos de canciones rock y pop para mezclarse con ritmos jazz y electrónicos dependiendo de si el momento requiere acción o pasar a un toque calmado en un ambiente “noir”.
Sunday Gold no llega para sentar las bases en un género que acaba de recibir de la mano de Ron Gilbert el ansiado maná del cielo, pero sin duda es una agradable sorpresa desde los primeros minutos y una muestra representativa del buen hacer del estudio cuando se tienen las cosas claras.
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