Análisis de Atelier Ryza 3: Alchemist of the End & the Secret Key

Acompañamos a nuestra amiga Reisalin Stout y su grupete de amigos en el epílogo de su trilogía de alquímicas aventuras veraniegas.

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Con Atelier Ryza 3 la longeva saga de JRPGs Atelier pone un broche dorado a la trilogía centrada en las aventuras de la entrañable Reisalin Stout, más conocida como Ryza por sus amigos. En esta última entrega volveremos a encarnar a la joven Ryza, ya convertida en maestra alquimista de su isla Kurken natal, donde se reencontrará con viejos amigos, hará algunos nuevos, y volverá a enfrentarse a numerosos desafíos, todo ello envuelto por un marcado sabor a nostalgia y a aventuras vividas con amigos en una cálida tarde de verano.

Como decimos, la historia arranca con una Ryza asentada en su nuevo papel de maestra alquimista de la isla Kurken, respetada y admirada por sus conciudadanos, los cuáles no dudan en recurrir constantemente a ella buscando soluciones alquímicas para los distintos problemas que los acucian. Estamos al principio del verano, y con el comienzo de las vacaciones estivales llegan los habituales reencuentros con amigos que vuelven a casa con sus familias, y así se conformará nuestro equipo inicial. Estos personajes son viejos (aunque todos ellos jóvenes) conocidos de las anteriores entregas de la trilogía, pero si no las habéis jugado, no hay problema, ya que el juego ofrece la posibilidad de, desde el mismo menú de inicio, visionar un detallado resumen que nos pondrá al día de lo que debemos saber para no perdernos al inicio del título.

Como no podía ser de otra forma, ya desde el principio se intuye que el verano va a ser movido: en torno a las costas de la isla Kurken han surgido unas misteriosas islas como de la nada, creando pánico y confusión, y afectando negativamente a diversas actividades comerciales y de suministro de las que depende la subsistencia de su población. Como Ryza y sus amigos charco que ven, charco en el que se meten, se lanzan de cabeza a descubrir qué está pasando y a hacer frente a desafíos y peligros para librar a su querida isla de esta nueva amenaza.

Más allá de una historia que no tiene más aspiración que servir de vehículo para el verdadero núcleo de lo que se quiere contar, Atelier Ryza va de amistad, de juventud, de aventuras, de historias de verano, y de relaciones interpersonales que se cuecen a fuego lento a lo largo de los años, y de otras que se forjan a primera vista como un flechazo. Éste es el verdadero mensaje de esta nueva propuesta de la filial de Koei Tecmo Gust: “solo (sola, en este caso) no puedes. Con amigos, si”. Tanto el equipo protagonista como el nutrido elenco de personajes secundarios resultan carismáticos y están en general bien construidos, cada uno con su trasfondo, sus motivaciones y sus distintas formas de ganarse la vida. El título se desarrolla al ritmo que marcan las interacciones entre ellos y la evolución de sus relaciones, y el conjunto resulta coherente a lo largo de toda la aventura.

Atelier Ryza 3 es un producto que destila por los cuatro costados la madurez y el saber hacer acumulado a lo largo de décadas por el estudio japonés Gust. Esta filial de Koei Tecmo, fundada a principios de los 90 en la prefectura japonesa de Nagano, lleva desarrollando juegos de la serie Atelier desde nada menos que 1997. Como resultado de estas tablas, en este título nos encontramos unas mecánicas muy pulidas, un equilibrio exquisito entre las distintas fases jugables, y una serie de características de calidad de vida que hacen que el conjunto sea más que atractivo y disfrutón incluso para los no iniciados en el a menudo complejo mundo de los JRPG. No obstante, debe quedar claro que Atelier Ryza 3 no es en absoluto sencillo de entender al principio. El juego no hace un buen trabajo explicándote nada en los diversos tutoriales que tiene, que se antojan atropellados y apabullantes. Pero no salgáis corriendo, que en este sentido la experiencia resulta muy curiosa: lo que podría ser una primera impresión negativa de no enterarte de nada se convierte rápidamente en una sensación de que el aprendizaje en sí es parte de la aventura. El juego te lleva de la mano como un hermano mayor a su hermano pequeño, de forma que el proceso de ir comprendiendo las miles de reglas, mecánicas, tipos de objetos, enemigos, misiones, y escenarios se convierte en parte del juego en sí, y así vamos entrando, disfrutando y casi sin darnos cuenta en lo que el título espera de nosotros. El que escribe ha tenido que recurrir incluso a videos e información fuera del juego para entender algo mejor lo que ocurre en el combate y en la síntesis alquímica, pero incluso este proceso me ha resultado agradable y gratificante.

El bucle jugable es el habitual de esta serie: como buenos alquimistas, tendremos que recolectar ingredientes, cada vez más exóticos y de mayor calidad, para, una vez de vuelta en nuestro taller, sintetizar brebajes, compuestos, equipamiento o nuevos materiales auxiliares que nos ayuden en la otra gran actividad en la que invertiremos tiempo: el combate. A lo largo de nuestra aventura tendremos que hacer frente a enemigos de distinta naturaleza y nivel, con las habituales resistencias y debilidades, para lo que nos vendrán muy bien todos los constructos y potingues que nuestra habilidosa alquimista de cabecera irá sintetizando con nuestra ayuda, además del apoyo de los miembros de nuestro equipo, para los que también podremos fabricar nuevo equipamiento, armas, y objetos para utilizar en el combate.

A todos estos elementos, ya habituales en la saga, se une la novedad de las llaves alquímicas, que Ryza puede también crear por motivos que ella misma desconoce inicialmente, y que hacen las veces de elementos potenciadores de características pasivas, entre otros muchos usos que iremos descubriendo para ellas a lo largo de la historia. A medida que vayamos explorando el mundo nos encontraremos con distintas situaciones y personajes que nos irán proponiendo las misiones, tanto principales, como secundarias y eventos temporales, y se irán desbloqueando nuevas zonas que descubrir y por las que avanzar en la aventura.

Los escenarios son enormes y llenos de vida, tanto las distintas ciudades y asentamientos, como el campo abierto, las cavernas, y los distintos biomas que iremos visitando. Nos encontramos con una propuesta de mundo semiabierto totalmente interconectado que se siente muy libre, a pesar de que, en las zonas de campo abierto, los caminos que podemos recorrer están bastante restringidos en realidad y se convierten en pasilleros en determinados casos. Nos toparemos en ocasiones con algún muro de cristal que nos puede cortar ligeramente el punto, pero no es nada que interfiera gravemente con la experiencia general.

El arte del juego es brillante, y hará las delicias de los aficionados a la saga, y a los JRPG en general. La paleta de colores es brillante y luminosa, y refleja a la perfección el ambiente veraniego e insular en el que se desarrolla la historia. El diseño de los personajes responde a los más altos estándares del manga o el anime. Y la música, ¡qué puedo decir de la música! Como viene siendo tónica general a lo largo de toda la serie de Gust, la banda sonora es sencillamente soberbia. Todos los temas están cuidados a la perfección, y se adaptan como un guante a cada entorno que visitamos y cada situación que vivimos. Cada acorde nos habla de amigos, de la juventud, de aventuras, del sol y de la playa. Ahora mismo estoy escuchando sus temas mientras escribo estas líneas, y me están dando unas ganas tremendas de volver a sumergirme en el mundo de Ryza.

El videojuego nos llega, como ocurre a menudo con los JRPG, con el audio en japonés y los textos en inglés. Desgraciadamente no se encuentra localizado al español ni a ningún otro idioma, lo cual puede constituir una barrera de entrada significativa si no te manejas con soltura en el idioma de Shakespeare. Esperemos que, gracias al exitazo sin precedentes que ha tenido la saga de Ryza, y concretamente el de esta tercera entrega, los chicos de Gust, y con ellos todo Koei Tecmo y muchos de sus otros colegas desarrolladores del país del sol naciente se animen a invertir unos yenes en traducir estas maravillas al español, para que aún a más gente pueda descubrir su mundo, su idiosincrasia, sus historias y, sobre todo, su encantadora manera de contarlas.