Análisis de A Space for the Unbound
31 mayo, 2024Nos embarcamos en un viaje maravilloso e intimista impregnado de creatividad y cultura indonesia.
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El mundo del videojuego es tremendamente variopinto: tan lleno de propuestas cuyo único fin es conseguir arañar unas monedas a nuestras ya maltrechas carteras, como capaz de sorprendernos con gemas únicas que atraviesan la escena cuál estrella fugaz, dejando una estela y un poso que ningún otro medio es capaz de igualar. Hoy vengo a contaros una historia que pertenece claramente al segundo grupo. A Space for the Unbound es un producto único en multitud de aspectos que desgranaremos en las próximas líneas, pero que a grandes rasgos, y para abrir boca, lo podemos describir como una aventura gráfica fresca, cautivadora y sorprendente.
En A Space for the Unbound encarnamos a Atma, un adolescente que va al instituto en una pequeña población cualquiera de la Indonesia de los años 90. Y aquí es donde recibimos el primer soplo de aire fresco que nos va a regalar esta aventura: ¿quién de los aquí presentes está familiarizado con esa sociedad, ese momento histórico o esa cultura? Yo no, desde luego. Pero mi predilección por las culturas orientales ha hecho que la invitación a saber más del entorno en el que se desarrolla esta historia haya penetrado en mi como cuchillo caliente en mantequilla. Conoceremos la historia de Atma y su novia Raya, de su amor mutuo y por los gatos, de sus experiencias en el instituto y con sus compañeros, y de sus vivencias en su pueblo. A través del argumento podremos leer cosas, hablar con gente e intuir detalles a través de los eventos y comportamientos de sus vecinos, que harán que, gotita a gotita, vayamos destilando información sobre Indonesia, de forma que en el transcurrir de las horas de juego, casi podremos sentir como si realmente hubiéramos vivido allí. El resto del argumento se desarrolla en un maremagnum de costumbrismo, psicología, gestión de las emociones, relaciones interpersonales y fenómenos paranormales del que, si os parece, no os hablaré. Creo que es mejor entrar en este título sin saber mucho más de la historia, y sin más expectativas al respecto. Simplemente meted la cabeza, y zambullíos. No os vais a arrepentir. Además, podemos acariciar a los gatos que vemos por los escenarios. ¿Qué diantres puede salir mal en un juego en el que se puede acariciar gatos?
Como ya hemos comentado en la introducción, el título de los estudios indonesios Mojiken y Toge Productions, editado por Chorus Worldwide, es una aventura gráfica que, inicialmente, puede dar la impresión de tener un corte muy clásico. Y recalcamos lo de “inicialmente”, porque a medida que vamos avanzando, el gameplay se va complementando con un abanico de mecánicas prestadas (si, prestadas en cursiva y negrita. Como si quisiéramos decir que se han copiado literalmente) de otros conocidísimos videojuegos, que le sientan de auténtica maravilla. Los productos de los que se han tomado estas propuestas jugables, que no mencionaremos para no estropear el factor sorpresa, pertenecen a géneros que no necesariamente tienen que ver con la aventura gráfica. Estas incorporaciones estás hechas con mimo, gusto, y destilando amor y respeto por las obras originales, por lo que no sólo complementan estupendamente a la experiencia de este videojuego, sino que resultan en un sentido homenaje a sus creadores.
Respecto a los controles, se ha optado por una aproximación minimalista y funcional, en línea con el resto de la propuesta. En la versión de PS5, que es la que el que escribe ha tenido el placer de disfrutar, el interfaz se adapta perfectamente al mando y resulta orgánico e intuitivo, con alguna excepción menor, como el hecho de que la selección de objetos y las acciones a realizar se desplieguen en la misma rueda, que puede resultar algo confuso al principio pero que no empaña la experiencia en absoluto. Los menús son claros y limpios, y además de ser muy cómodos y agradables a la vista, están llenos de guiños y chascarrillos que nos arrancarán alguna que otra carcajada. Y son preciosos y llenos de buen gusto, lo cuál nos lleva al tema del próximo párrafo: el apartado artístico.
Porque ese es uno de los muchos puntos fuertes de la propuesta de Mojiken y Toge Productions. Tanto los gráficos como la música son absolutamente deliciosos, encajando como un guante en la ambientación noventera de toda la experiencia. El pixel art que lo envuelve todo es maravillosamente minimalista, con píxeles del tamaño de puños que bailan unos junto a otros en una danza que resulta en expresividades y detalle asombrosos. Las animaciones transmiten dinamismo y expresividad a la perfección, aprovechando cada pixel como si fuera el último. La banda sonora, compuesta por el maestro indonesio Masdito “Ittou” Bachtiar, es pegadiza e inolvidable, y hará que queráis conseguir a toda costa la edición física especial, que la incluye en CD y en digital. Yo personalmente ya estoy sacudiendo la cartera.
A Space for the Unbound se publicó inicialmente en 2022 sólo en formato digital, pero los amantes del formato físico estamos de enhorabuena, porque gracias a Tesura Games, desde el pasado 10 de Mayo de 2024 esta maravillosa experiencia está disponible en formato físico para PlayStation 4, PlayStation 5 y Nintendo Switch, en Edición Normal y Especial. Así que para aquellos rezagados que aún no hayáis podido viajar a la Indonesia de los años 90, no hace falta que corráis a buscar un avión ni una máquina del tiempo: preparad el bocadillo, metedlo en vuestra mochila atestada de libros, cuadernos y plumieres, ponéos el uniforme del instituto, y acompañad a Atma a lo largo de esta cautivadora aventura que habla de juventud, psicología, sociedad e historia. Todo a la vez, pero nada revuelto.
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