Análisis Call of Duty Black Ops: ColdWar

Análisis Call of Duty Black Ops: ColdWar

14 diciembre, 2020 0 Por David Valero
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Bajo fuego de nueva generación

Había una gran expectación por el lanzamiento de Call of Duty: Black Ops Cold War, el nuevo título de la inagotable franquicia de Activision llegaba en un momento crucial, con la alfombra roja para acompañar el lanzamiento de las consolas de nueva generación y tras los recientes éxitos de Modern Warfare y Warzone. Y lo cierto es que desde Treyarch y Raven Software no han decepcionado y nos han regalado una de esas entregas a las que hay que seguirles la pista, con una campaña frenética, un multijugador muy divertido y no, no nos hemos olvidado de ellos: vuelven los zombies más en forma que nunca.

Call of Duty: Black Ops Cold War no tuvo el desarrollo más placentero debido a las tensiones que surgieron entre Sledgehammer Games y Raven Software, los estudios que se encargaban del proyecto inicialmente y tras una serie de decisiones en el seno de Activision, se decidió reemplazar a Sledgehammer Games por Treyarch y dejar a Raven Software como cabezas del proyecto. La ambición estaba ahí, volver a poner en todo lo alto el nombre de Black Ops, una subsaga dentro de franquicia que es muy querida por los fans de Call of Duty. Para ello desde muy pronto avisaron que iban a echar el resto por ofrecer una campaña cinematográfica y a la altura de las grandes de siempre pero con añadidos interesantes. Así pues, en este juego tenemos una integración de decisiones propias de un RPG en el propio juego, sirviendo en su mayoría para dar pie a misiones secundarias y ramificaciones en la historia que se nos cuenta. Por ejemplo, se nos pondrá en diversas ocasiones en la tesitura de acabar con un personaje o perdonarle la vida y hacer esto tendrá consecuencias que desconocemos. Tal vez nos otorgue información valiosa sobre Perseus, un peligroso terrorista que está amenazando el mundo libro, pero dejarle con vida puede suponer que su camino se cruce con el nuestro en el futuro y nos repercuta negativamente.

Hablábamos de Perseus, un escurridizo objetivo envuelto enun halo de misterio, pero también aparecerán otros personajes conocidos que irán desfilando ante nosotros. Mason y Woods nos echarán un cable en más de una misión y tendremos el fichaje de Robert Adler (un trasunto de Chelo García Cortés), quien será el encargado de montar un equipo en el cual seremos reclutadoscon el objetivo de capturar a Perseus. Las pinceladas roleras además no tardan en llegar ya que desde el comienzo podemos elegir entre tres orígenes de nuestro personaje (en mi caso y ya que nos enmarcábamos en la guerra fría vi ideal ser un ex-agente del KGB soviético). Lejos de parecer un añadido sin más, estos caminos nos ofrecerán diálogos y momentos exclusivos que he visto durante la aventura por lo que por ese lado se nosda algo de rejugabilidad.

El palomitero y emocionante guión de la campaña de Black Ops Cold Warno defrauda y gracias a su planteamiento se le ha dado libertad al equipo de narrativa para llevarnos de un lugar a otro del mundo. Operaremos desde nuestra base de operaciones donde tendremos momentos de esparcimiento para hablar con los miembros del equipo, acceder a información sobre la misión desde un ordenador, o bien planear nuestro siguiente operativo en la pizarra. Según progresemos en la historia se nos van a abrir unas misiones secundarias que podremos jugar en cualquier momento pero a las que podemos acceder si hemos resuelto unos puzles anteriormente. Las pistas y soluciones a estos puzles están ocultas como coleccionables en las misiones principales que, tranquilos, podremos repetir para encontrar esa cinta, esos documentos o esas fotografías que nos desbloqueen esa secundaria que se nos resiste. Tras cada misión se nos indica los coleccionables que hemos recogido del total disponibles por lo que sabremos donde hay que volver si queremos ser completistas.

 

Eso sí recobramos el aliento tras disparar desde el puesto de artillero de un helicóptero en medio de la guerra de Vietnam, o tras infiltrarnos en una fortaleza soviética y huir de ella disparando contra todo en un vehículo acorazado. También tendrán lugar otras misiones con un registro totalmente distinto, como reunirnos con Gorbachov en la sede del KGB en Moscú encarnando a otro personaje, o una en la que nos infiltraremos sigilosamente en la Berlín Oriental evitando las patrullas soviéticas en una misión donde el silenciador será nuestro mejor aliado.

El doblaje al castellano volverá a ser destacable como es habitual así como los efectos sonoros de las armas que agradecen la evolución que han tenido desde los primeros Black Ops donde se perdía lustre frente a la saga Modern Warfare. Y  hay que hacer una mención especial a la banda sonora donde gracias a los motivos soviéticos tendremos piezas que van a aportar una gran epicidad a la secuencia que vivamos en cada momento.

Activision prometió un título potente en el apartado gráfico pero aquí es cierto que hay tela que cortar. La nueva generación no ha arrancado exenta de polémica y las comparaciones entre versiones de PS5 y Xbox Series X no se han hecho esperar, pero al menos en la máquina de Microsoft que es la versión a la que hemos tenido acceso en No Es País Para Frikis, hemos visto como el trazado de rayos se ha aplicado en las sombras y se agradece mucho en escenarios con muchos objetos volumétricos como vegetación, pero se ha echado en falta ver ese músculo en reflejos de superficie. Esto ha sido especialmente sangrante sobre todo en los mármoles y los ornamentos de oro del edificio Lubianka, la sede del KGB, ya que hubiera podido ser un espectáculo digno de admirar.En cualquier caso aquí hay que dar un tirón de orejas a Activision ya que en la versión de Series X el trazado de rayos provocaba crasheos de la consola, y en el modo multijugador un lag que lo podía llegar a hacer injugable, algo que por suerte se corregía desactivando esta función desde el menú de ajustes gráficos y que se solucionará vía parche.

Quitando este lunar, la iluminación es genial y las secuencias nocturnas son realmente impactantes, sobre todo si contamos con un buen panel que aproveche bien las bondades del HDR y el contraste de negros. Pero por otro lado se ha perdido algo de impacto visual tras ese reinicio de Modern Warfare del pasado año, y mientras que hemos visto como aquí hay personajes (como el del propio presidente Reagan) que están muy bien logrados, con otros tenemos un diseño algo más austero y un aspecto menos fotorrealista que no explotan las capacidades dela nueva generación. 

En lo puramente jugable tenemos todo lo bueno de un Call of Duty clásico, con recuperación de salud automática tras un tiempo y una buena variedad en el arsenal para no aburrirnos ni un instante jugándolo. Además esas misiones más pausadas o la opción de poder ir a puntos específicos a cumplir misiones secundarias o ignorarlas por completo nos aporta un condimento muy interesante a la receta, y mecánicas como la de marcar enemigos con los prismáticos para evitarlos entre las sombras son una muestra de que el título quiere ir más allá de ser un one man army.

Pero no sería un Call of Duty si no hablásemos de su modo multijugador y aquí Treyarch ha vuelto a las raíces de la serie Black Ops a la par que compagina el sistema de progreso implantado en posteriores entregas. Tendremos los modos de juego de siempre, siendo el preferido de un servidor el sempiterno duelo por equipos que ha vuelto a enamorarme, y se siguen agradeciendo ese sistema de rachas de puntos con recarga de ventajas en lugar de racha de bajas para equilibrar la partida y ofrecer a los más novatos la opción de poder desplegar ese arsenal adicional que incline la balanza a nuestro favor. Contamos de inicio con una decena de mapas con escenarios para todos los gustos, donde me han gustado especialmente Checkmate, que es un hangar con un esqueleto de avión para prácticas en el centro, Moscow que ofrece un equilibrio entre interiores y patios amplios y Cartel, con un gran espacio abierto pero dando la opción de esconderse para llegar incluso al contacto hombre a hombre gracias a casas, desniveles y la vegetación de una plantación. Otros como Alpine y Ruka están enfocados a partidas de muchos  jugadores e incluso tendremos  uno exclusivo para el modo zombies. De nuevo el progreso de niveles en el multijugador se verá incentivado con elementos cosméticos y el desbloqueo de ventajas de rachas y perks, y por otro lado tendremos acceso a mejores accesorios de armas según vayamos usando cada una de ellas.

Si nos hemos quedado con ganas tenemos además la integración de Warzone, el Battle Royale de Call of Duty que está teniendo una buena acogida entre la comunidad, gracias a mecánicas como el respawn del personaje a través de los duelos del gulag. La comodidad de poder acceder a este modo desde el menú del juego es algo que sin duda agradecerán los amantes de esta modalidad.

 

Y no podemos despedir esta reseña sin hablar de otra de las joyas de la corona de Treyarch como es el modo zombies. Un clásico que se ha ganado un hueco en nuestro corazoncito y que podremos jugarlo bien solo o bien en cooperativo de hasta cuatro jugadores. Esta vez estamos ante un reinicio de este modo y nuestro equipo de acción de la CIA frente a los zombies llamado Requiem, se encontrará en un bunker alemán en el que tendremos que adentrarnos para descubrir el poder de una mística máquina. Como siempre tendremos que ir abriendo estancias y avanzar mientras vamos liquidando enemigos no muertos de todo tipo mientras recogemos nuevas armas de distinta rareza y nos servimos de las ventajas de apoyo de siempre para facilitarnos las cosas. Tenemos además una nueva opción de pedir una retirada en helicóptero para solicitar una extracción cuando estemos muy mal y no perder el progreso conseguido hasta ese punto, cosa que sí sucede si morimos.

Podremos además jugar de varias formas distintas ya sea mediante la campaña Die Machine, el modo aniquilación para 1 o 2 jugadores que nos sitúan en los mapas del multijugador sobreviviendo a oleadas de zombies y el clásico Dead Ops 3 que vuelve para darnos un añadido divertidísimo. Mucho contenido que no obstante tiene un precio a pagar, ya que el juego completo pesa casi 190 GB por lo que reclamará su sitio en el interior de los nuevos discos duros SSD de las consolas de nueva generación.

En definitiva Call of Duty Black Ops Cold War es una de esas entregas que están marcadas en rojo porque de nuevo Activision es capaz de ofrecer un producto atractivo y de gran calidad a su público fiel, con novedades en la campaña y el modo zombies destinadas a ofrecernos horas y horas de acción y diversión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Call of Duty Black Ops: ColdWar

0.00
8.5

Historia

8.0/10

Jugabilidad

9.0/10

Diseño Artístico

8.0/10

Diseño de Sonido

9.0/10

A Favor

  • Campaña con momentos palomiteros inolvidables
  • El coqueteo con mecánicas roleras le ha venido genial

En Contra

  • El trazado de rayos está desaprovechado y presenta problemas
  • La llegada de Warzone eclipsa un modo multijugador no termina de renovarse