
SHINOBI: Art of Vengeance. Análisis
17 septiembre, 2025Para muchos de nosotros, sobre todo los que ya superamos la barrera psicológica de los 40 años, la palabra Shinobi nos suele evocar a los salones arcade de los años 90, recuerdos que huelen a tabaco y suenan a algarada juvenil. En la edad de oro del videojuego, al menos la nuestra, la jugabilidad era bastante distinta a la actual. A 25 pesetas la partida se necesitaban juegos juegos infinitamente más directos y con propuestas colosalmente más sencillas. Los jugadores se enfrentaban a retos donde un toque significaba una muerte y normalmente solo se contaban con 3 vidas antes del maldito cartel de “Continue…” dando lugar a partidas que podían durar tan solo un par de minutos. Pero con las recreativas en su máximo esplendor y la entrada en escena de las consolas de 8 y 16 bits se hacia necesario un cambio en los sistemas de juego. Noriyoshi Ohba, responsable de The Revenge of Shinobi, comentaba que “si pagabas 100 yenes, puedes aceptar jugar solo 3 minutos y eso se reflejaba en la jugabilidad del titulo. Pero si pagabas 6000 yenes por un juego de consola el jugador debía de sentir que se le daba valor a ese dinero y eso también se tenía que reflejar en la jugabilidad.” Esto exigía un cambio en la formula y de ahí la evolución jugable entre los dos primeros juegos de la saga Shinobi. Dos juegos que, siendo diametralmente distintos en lo jugable, se sienten como parte de un todo. Desconozco si en Lizarcube han consultado diarios de desarrollo o han hablado con Noriyoshi Ohba pero en SHINOBI: Art of Vengeance hay mucho de ese espíritu de innovación pero respetando tanto el diseño original que el resultado parezca una evolución natural del mismo.
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A ver, esto no nos pilla de sorpresa por que Lizarcube ya ha trabajado antes con SEGA y ha entregado productos tan excelentes como Wonder Boy: The Dragon’s Trap y Streets of Rage 4, por lo que los amantes de una de las sagas más olvidadas por SEGA durante mucho tiempo esperábamos con ansia su visión de SHINOBI. A nivel estructural el juego es tremendamente parecido a las entregas consoleras de 16 bits recordando mucho, o al menos en mi opinión, a The Revenge of Shinobi. Estamos ante un juego de acción con una gran parte de plataformas en el que hay que ir del punto A al B. Evidentemente esto es en esencia, los tiempos han cambiado y con ellos lo han hecho tanto jugadores como videojuegos. Por ello aunque esencialmente estamos ante esa estructura, se le han ido añadiendo capas de las diferentes innovaciones jugables y narrativas. La potencia de los equipos actuales permiten añadir mucha más variedad en los ataques, con nuevos ninpos, combos y ataques especiales, magias más vistosas y efectivas y más personalización en los ataques de Musashi. El desarrollo de la pantallas sigue siendo ir de manera bastante lineal del inicio a fin del escenario pero este ha ganado en verticalidad, y aunque el recorrido sea directo se han creado niveles bastante laberinticos. Incluso se han tomado la libertad de introducir un ligero backtraking en los distintos niveles, que nos permitirán ir descubriendo nuevas zonas conforme vamos ganando habilidades, zonas que nos reservan recompensas o enfrentamientos contra enemigos de elite.
La unión de todos estas nuevas jugabilidades da como resultado un juego que mezcla de manera «casi perfecta» la acción con las plataformas, teniendo un reparto bastante equitativo en cuanto a estas secciones. Y pese a que en todo momento encontramos enemigos a nuestro paso, remarcar que no se ha perdido la tradición de Noriyoshi Ohba de poner los enemigos que lanzan proyectiles de la manera más molesta posible en las zonas de plataformas. Pero es en los espacios más horizontales donde, a manera de arenas de combate, se reservan los mejores momentos de acción del juego, es aquí donde el juego brilla con más fuerza. Momentos en los que tendremos que recurrir a toda nuestra pericia con los combos para limpiar la zona de todos los enemigos antes de seguir nuestro camino. El manejo de Musashi en esos momentos es totalmente preciso y de extrema sencillez, y la lógica de los combos que ha imaginado Lizardcube hace que los movimientos del Shinobi salgan de manera totalmente fluida de nuestros dedos, son tan intuitivos que hay momentos en lo que parece que que se ejecutan casi por arte de magia. Es evidente que mucha parte de este combate viene heredada de Streets of Rage 4 pero SHINOBI: Art of Vengeance es infinitamente más rápido, más satisfactorio y divertido.
Pero si hay algo que entre por los ojos es en su estilo visual. SHINOBI: Art of Vengeance es, literalmente, una obra arte en movimiento. Su estilo artístico bebe directamente del comic europeo, usando la típica «línea clara» tan definitoria del estilo del comic de nuestro continente, en especial y como es evidente, de la escuela franco-belga. Se usan los diseños originales de algunos enemigos, que aunque actualizados gracias a este look, continúan siendo totalmente reconocibles, llegando incluso a recuperar antiguos bosses como Mandara. Las capas de profundidad que se usan en los niveles están usadas con maestría y los escenarios y fondos cuenta con mil y un detalles. Además se toma especial cariño a la hora de usar el zoom durante el movimiento de Musashi, centrándolo en los momentos más laberinticos para dar más sensación de claustrofobia y alejándolo para las zonas de combate para que las animaciones de combate, los efectos de luz y las magias puedan lucirse de la mejor manera posible. Pero no solo en lo visual el juego es una delicia, el apartado sonoro le va a la zaga. Tee Lopes (Sonicmania) y Yuzo Koshiro (Shinobis clásicos) crean unas composiciones a la altura de los grandes clásicos de la saga de SEGA.
El único apartado al que podríamos sacar un «pero» sería a la historia y narración de la misma. Para empezar el relato es el mismo de siempre, el clan Oboro y su aldea ha sido atacado y casi exterminado por una organización que quiere dominar el mundo, en esta ocasión Lord Ruse y su todopoderosa ENE Corp. Musashi ha de volver a empuñar su espada y librar al mundo de este nuevo enemigo. Es un mero pretexto para ponernos en marcha y la manera de contarlo, a modo de pequeñas escenas estáticas y cuadros de dialogo, resulta demasiado arcaica y afean, esto hay que decirlo, un apartado que pedía a gritos un trabajo de animación para este tipo de escenas. Este es el único impedimento que me hace que este titulo se vaya de esta web sin la nota más alta.
Se podría decir que SHINOBI: Art of Vengeance esta a la altura de los títulos clásicos pero sería injusto quedarse solo en ahí, ya que no solo es tan divertido como aquellos juegos si no que incorpora a la estructura de los clásicos los esquemas jugables actuales, y los adapta de una manera tan orgánica que es difícil saber, tirando solo de memoria, que partes podrían estar presentes en aquellos clásicos y cuales no. Y esto realmente es lo increíble, porque hace que este juego se convierta de forma totalmente directa en un clásico instantáneo dentro de la saga de SEGA.
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