PS5 Pro y el ultimo refugio del jugador.
16 septiembre, 2024
Disfruten lo votado amigos.(Anónimo)
Ya hace una semanas desde que hablamos en un artículo de la debacle y desprestigio a la que Microsoft está sometiendo a su división de consolas, pues al parecer a Sony les es imposible estar 15 días sin ser el centro de atención y no ha podido dejar pasar la oportunidad de ejercer su derecho a tener su pedacito “casito” en redes sociales, ¡a quién no le gusta tener su minuto, y semana, de gloria en redes sociales! Dicho y hecho, llega Mark Cerny y se presenta la nueva y flamante PS5 Pro en uno de los eventos que me han dejado más frio e inquieto en mi vida como jugón y eso que el año que viene soplaré 46 velas.
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Y no lo digo por el precio de la nueva PS5 Pro, que no dudo que si sumamos el coste, componente a componente, el montante final seguramente superaría esos 800 euros, aunque no veo de nuevo a Sony volviendo a vender bajo coste. Si no por lo completa y absolutamente innecesaria que es esta nueva versión de la consola en el momento actual. Si hacemos un poco de memoria el modelo Pro de PS4 salió a la venta en 2016, apenas 3 años tras el lanzamiento del modelo normal. Tres años puede parecer poco tiempo para una revisión tan drástica de una consola pero no deberíamos de olvidar que la generación de PS4 y One se caracterizó por una salida quizás demasiado precipitada, lo que provocó que a los pocos años ya se hubiera alcanzado el techo gráfico de ambas plataformas. Poner Uncharted 4 o Spider-man en una PS4 “normal” era también temer que tu consola entra en fusión de núcleo y tener que salir del salón temiendo por tu vida. En estas condiciones era lógico hacer una revisión que prácticamente duplicara la potencia de la misma y que pudiera mover sin problema los juegos y, como guinda al pastel, este nuevo hardware supuso una opción más llamativa para los jugadores más hardcore que buscaban jugar a la mejor versión posible de sus juegos.
Pero todo esto que estoy contando y que en principio son justificaciones lógicas para el lanzamiento de un nuevo modelo no se cumplen ahora. Mark Cerny intentaba, con cara de circunstancia, explicar las distintas tecnologías que usaba la nueva consola pero las imágenes que se ponían en pantalla no acompañaban al discurso del “arquitecto de PlayStation 4”. Un procesador más potente para mostrar un par de espectadores más en las gradas del último Ratchet, una tecnología de escalado por IA para mostrar que en las paredes de The Last of Us Parte 2 se veían algunos tablones de madera más… Ni rastro alguno de un título que supusiera un antes y un después, que pusiera sobre la mesa la necesidad de conseguir una Pro a cualquier precio, en otras palabras, una prueba fehaciente de la necesidad de PS5 Pro. Y es que para ser sinceros todavía no ha salido el juego que pueda poner en aprietos el potente hardware del modelo actual y me atrevería a decir que aún queda lejos el día en que veamos el techo gráfico tanto de PS5 como de la defenestrada Series X, no hablemos ya de ponerlas en aprietos.
Dado el marco consolero actual, con una Series X totalmente menospreciada por Microsoft, lo más normal, por lo menos en mi cabeza, es que Sony hubiera hecho este evento para lanzar una rebaja sobre el modelo normal en lugar de presentar uno nuevo. Un bajada de precio que diera la puntilla final Series X|S y empujara a los Xboxers a comprar una PS5. En otras palabras, poner el clavo final al ataúd de Xbox y disfrutar del resto de generación sin esperar muchos sobresaltos. Pero este evento, este hardware y sobre todo este precio es, en mi opinión, una declaración de intenciones de Sony. El mensaje claro de que ahora pueden hacer lo que quieran, es lo que tiene no tener competencia. El poder poner a la venta una consola como PS5 PRO sin lector (vendido a parte por 120€), sin peana para dejarla en pie (vendida a parte por 30€), eliminando el formato físico y con ello el canal de distribución ocupando una posición de monopolio no solo en la venta de hardware si no también en la venta de software y por último rompiendo, de largo, esa barrera psicológica de los 600€. Un puñetazo sobre la mesa que deja entrever un rumbo de la marca y que como jugador me da bastante miedo.
No se cual es el futuro de las consolas pero sin duda alguna me gusta mucho menos después de ver la presentación de Sony que antes de ello. Lo único que tengo claro, clarísimo, es que a día de hoy tanto Sony, como sobre todo Microsoft, han conseguido que pierda la ilusión con las consolas, bajarme del carro y salir corriendo a refugiarme en los rechonchos y calentitos brazos del tito Gabe admitiendo que el PC se presenta como el último refugio seguro para el jugador.
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