Análisis Mortal Kombat 1
4 octubre, 2023Más grande, más violento, más divertido.
Mortal Kombat tiene el honor, y la carga que eso conlleva, de ser una de las franquicias primordiales del género de lucha. Es cierto que quizá no fue la que popularizó el género, esa gloría se la lleva de forma indiscutible el maravilloso Street Fighter 2, pero con el paso de los años se ha evidenciado que fue el título de Midway el que terminó aupar de forma definitiva al genero de lucha como rey de los salones árcade, y de las consolas, en los años 90. Dos factores fueron claves, a mi parecer, en la rápida popularidad de Mortal Kombat fueron por un lado el uso sin reparos de una violencia y gore a niveles nunca vistos antes en un videojuego y por otro, un sencillo esquema de control donde todos los luchadores contaban con una serie de golpes que se hacían de forma idéntica y luego 3 golpes especiales, y únicos, por cada personaje. Este aspecto facilitaba mucho el acceso del jugador al arcade de lucha y lo alejaba de la complejidad de combinaciones de botones que usaban sus competidores. El ascenso al Olimpo de los salones recreativos fue meteórico y en pocas semanas ya se encontraba disputándose el trono con el mismísimo Street Fighter 2. El tiempo ha ido pasando y los factores que hicieron un éxito a esta primera entrega han ido permaneciendo como base en todos los títulos que han llegado tras él y ahora 31 años después NetherRealm Studios trae un nuevo reboot a la saga y no mentiría si no dijera que, como adolescente que probó en su día ese primigenio Mortal Kombat, no tenía curiosidad por ver que sorpresas trae bajo el brazo este “nuevo” Mortal Kombat 1.
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Para mi tranquilidad no ha habido ninguna sorpresa. Mortal Kombat 1 respeta todas y cada una de las bases jugables que convirtieron la primera entrega en un juego de masas. El esquema de control sigue siendo sencillo y accesible para cualquier jugador evitando los combos rompe falanges imposibles de recordar o esas diagonales inviables de hacer si no tienes un buen sanwa en casa y la maravillosa ultraviolencia seña de identidad de la saga. Pero es evidente que el jugador actual no es el mismo, ha evolucionado con los años y de la misma manera los videojuegos han tenido que crecer con él. Por esa misma razón esta nueva entrega ha sabido reunir todo lo bueno que NetherRealm Studios ha aprendido durante todos estos años, puliendo casi todo lo malo que podíamos encontrar en las entregas anteriores. Más grande, más cinematográfico, más visceral, más divertido. Ed Boon da una clase de como un creador trata con respeto y cariño a una saga a la que le debe todo.
Pero para poder añadir los cambios que si que trae Mortal Kombat 1 ha sido inevitable el tener que romper con todo, o casi todo, lo establecido en anteriormente. El nuevo diseño de habilidades y personajes era imposible manteniendo ese status quo que ha venido reinando, más o menos, durante los últimos 20 años. Es por esto que NetherRealm se ha venido cocinando sus propio mega evento, al más puro estilo del Secret Wars o Crisis en Tierras infinitas, durante los últimos títulos y que finalizó en la última entrega trayendo el reseteo total de la franquicia que ahora tenemos en nuestras manos. Esto trae consigo muchas ventajas. Ed Boon ha podido darle un nuevo giro a sus personajes, añadirle nuevo trasfondo e incluso modificar su estilo de lucha y habilidades especiales. Así en este nuevo comienzo vemos, por ejemplo, a Raiden como un simple mortal, un Jonhy Cage sin la capacidad de ejecutar ataques mágicos o un Scorpion que ya no es un malvado ninja movido por la ira y la venganza. Todos los personajes del roster original han sufrido cambios significativos, si no en su historia si en sus habilidades.
Novedades que no se paran en elementos artísticos sino que introducen nuevos elementos en los combates como los Kameos. Durante los combates podremos pedir la ayuda de otro luchador para que entre en el ring y nos ayude durante unos segundo ejecutando un golpe especial. Esto es algo que ya hemos visto de otras sagas como The King of Fighter pero en Mortal Kombat 1 es un añadido que da una profunda capa táctica al combate. Podremos elegir antes de cada combate, salvo en el modo historia, al compañero que mejor pueda complementarse con nuestro personaje en cada enfrentamiento, depende del que elijamos ganaremos rango de ataque, potenciará nuestros golpes o bien incrementará nuestra defensa. Por supuesto también podremos usarlos para los habituales fatalitys o brutalities. En conjunto los combates no son tan rápidos con en juegos anteriores pero si que han ganado en espectacularidad y dinamismo y si sabemos medir bien nuestro movimientos habrá momentos en los que lo que vemos en pantalla se acerca más a una película de artes marciales que a un juego de consola.
Por supuesto para que los cambios en trasfondos de los personajes tengan sentido el reboot en la historia es total. El modo historia nos plantea 15 capítulos que no nos llevarán más de 5 horas terminarlos y donde se desarrolla uno de los argumentos más impactantes de toda la saga y con una narrativa y medios dignos de una gran superproducción de Hollywood, algo que no nos debería de extrañar ya es lo habitual desde que Warner es dueña de la IP pero los acontecimientos que aquí se cuentan tienen una escala realmente épica. Por supuesto el juego no acaba aquí ya que cuenta con modos de juego para aburrir, aunque son algunos menos que en anteriores entregas. Aparte de la historia tenemos las torres, el modo versus, el modo entrenamiento, las invasiones, la liga…cada uno de ellos con sus pormenores jugables específicos e igualmente adictivos.
Ed Boon, junto con NetherRealm Studios, nos ha dado el mejor Mortal Kombat hasta la fecha. No es que haya igualado a sus sucesores, es que ha puesto el listón tan alto que va a ser bastante complicado que las siguientes entregas puedan mejorar un juego que no solo es jugablemente perfecto sino que a nivel artístico cuenta con todos los valores que el dinero puede comprar. Una experiencia única en esta nueva generación a la que, de momento, ningún juego de lucha puede igualar.
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