
Mario Kart World. Análisis
18 junio, 2025Cada nueva generación de consolas llega, como los niños, con un pan debajo del brazo. Un título exclusivo que sirva como carta de presentación del hardware, reclamo para early adopters y como muestra de lo que podemos esperar del futuro de la generación. Y viendo este nuevo Mario Kart World, nos permitimos soñar a lo grande con nuestra Switch 2. Se trata de un título pulidísimo, como nos viene acostumbrando la compañía, lleno de variedad y sobre todo mucha mucha diversión.
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Las diferencias con las entregas previas de la saga, si bien escasas, son todas notables. Por un lado, tenemos la principal novedad del título: el modo libre. Con solo presionar un botón desde el menú principal, podremos manejar a nuestro corredor favorito por un enorme mundo, que abarca (casi) todos los circuitos disponibles, interconectándolos, y que está lleno a rebosar de actividades, personajes, coleccionables ocultos, ítems, monedas… Un mundo que nos sorprende con algunos detalles increíbles, casi impropios de un mundo abierto, con referencias a otros títulos de la saga (o NPCs que vemos recorrer las carreteras en sus vehículos para después bajarse de ellos y continuar caminando a su destino) y que demuestra una vez más la ambición y minuciosidad del desarrollador.
Nos ha gustado deambular por este enorme mapa buscando sus incontables secretos relajadamente, en unos minutos que puede servir de cambio de aires entre las alocadas carreras online y el frenesí del resto de modos. Sin embargo, la manera en la que se integra con éstos es un tanto extraña: en el modo grand prix por ejemplo, cada copa se divide en cuatro carreras. La primera de ellas tiene lugar de la manera clásica, en un circuito cerrado que recorremos dando tres vueltas, pero al finalizar tendremos que desplazarnos hasta el siguiente circuito por las anchas carreteras del mundo de juego, que son prácticamente rectas, rebajando así la dificultad y la tensión de la competición. Será solo al alcanzar el siguiente circuito que volvamos a disfrutar de sus intricadas curvas y atajos. Esto puede suponer cierta brusquedad en el desarrollo de la competición, con esos cambios de ritmo, pero lo cierto es que en otros modos como el de supervivencia, está mejor implementado y casa mejor con su diseño.
El resto de novedades llegan todas para enriquecer la deliciosa jugabilidad del título. Podremos deslizarnos por diferentes “raíles” como barandillas, cables, vías de tren o los bordes de los tejados, adornando cada salto con llamativos trucos y provocando el correspondiente acelerón. Para acceder a estas superficies podremos utilizar otra gran novedad, el salto cargado. Manteniendo pulsado el botón de derrapar sin girar el volante cargaremos los neumáticos, de igual manera que en los derrapes clásicos, permitiéndonos así elevarnos del suelo unos instantes e incluso circular por los muros… Todo esto brinda una complejidad al juego que lo separa de anteriores entregas y encantará a los jugadores más avanzados. Y es que tendremos que dominar todas estas mecánicas si queremos obtener los mejores tiempos y, por supuesto, también serán requisito imprescindible para alzarnos a lo más alto de las tablas clasificatorias cuando juguemos en línea.
Un modo online robusto y rápido en el que siempre hemos podido participar de manera instantánea y que nos ofrece un sinfín de alocadas situaciones. Cómo hemos disfrutado de unas carreras, ahora de 24 jugadores, en las que los nuevos ítems (que preferimos no destripar) nos pueden llevar de la gloria a la más absoluta de las miserias y viceversa, con tan solo pulsar un botón. Bendito caos.
Contamos también con una nueva mecánica de “rebobinado” que nos permitirá retroceder en el tiempo unos segundos para volver a intentar algún salto o atajo que se nos resista sin tener que reiniciar el recorrido completo. Y también de una diferencia en la personalización del enorme reparto de corredores. Esta vez no podremos combinar las diferentes partes de los vehículos (algo que no hemos echado en falta, dicho sea de paso) si no que serán los propios pilotos los que modificaremos gracias a los diferentes atuendos que conseguimos recogiendo bolsas de comida rápida e ingiriendo su apetitoso contenido. Desafortunadamente no todos los personajes cuentan con esta opción y en ocasiones nos sorprenderemos recogiendo dichos objetos sin ningún efecto.
Técnicamente es un juego que se mueve con toda suavidad, manteniéndose siempre por encima de los 60 fps en todos sus modos ya sea jugando en el dock o de manera portátil. El modelado de vehículos y personajes es tan bonito que parecerá que estemos viendo una vibrante película de animación. También nos llaman la atención los diferentes efectos de iluminación y partículas que inundan la pantalla en los momentos álgidos de las carreras en lo que no deja de ser un gran espectáculo visual. El agua, el fuego y demás efectos son muy llamativos. En definitiva, el salto que esperábamos con la nueva plataforma ha llegado y de manera notable. Contamos además con una gran banda sonora compuesta por más de doscientas canciones, que gozan de una nueva orquestación y con unos efectos sonoros tan precisos y divertidos como el impecable control a los mandos del que siempre ha gozado la saga.
Mario Kart World es el primer gran exclusivo de Switch 2 y ofrece una enorme cantidad de contenido con 30 circuitos y 50 personajes jugables, nuevos modos de juego y mecánicas, un apartado técnico brillante y algunas novedades que sientan de maravilla a la clásica jugabilidad de la saga. Accesible para los más pequeños y un buen desafío para los veteranos, Mario Kart World es un imprescindible en cualquier colección de videojuegos.
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