Vaporum

Análisis PS4

Larga y misteriosa es la sombra del Arx Vaporum

Abres los ojos y ves que un embravecido mar se cierne sobre ti. Estás solo, desorientado e incapaz de recordar quién eres ni qué haces allí. Y entre toda esa confusión, se levante ante ti una inmensa torre, el Arx Vaporum: imponente e inexpugnable, pero que extrañamente se abre ante tu presencia. Asaz, incauto, curioso: la llamada de esa torre alimenta tus ansias de conocimiento y te adentras en ella. ¿Quién sabe qué encontrarás dentro? ¿Qué misterios, maravillas u horrores te aguardan dentro?

Esta es la premisa con la que se abre Vaporum, y se hace difícil no pensar en Bioshock, una larga sombra que, por suerte, se disipa a las pocas horas de iniciar nuestra travesía  por esta inmensa torre. Con todo, su manera de narrarnos los sucesos que han acontecido en este edificio tiene claras resonancias en la obra de Ken Levine: decenas de documentos y de audiodiarios se encargarán de narrarnos lo que ha sucedido allí y cuál es nuestro papel en esta inmensa maquinaria. Pero allí donde brillaba la obra de Levine, es decir, en conseguir que los escenarios nos hablaran y nos explicaran qué había sucedido allí antes de que nosotros llegaramos, la obra de Falbot Games palidece un tanto. Y eso pese a que su estética steampunk es todo un acierto, con una ambientación absolutamente claustrofóbica y su catálogo de habitantes y monstruos es harto sugestiva. La historia que nos presentan es interesante y su mundo, uno en el que me ha encantado perderme, pero quizás hubiera necesitado que los escenarios hablaran algo más.

Y eso que estos se presentan como un gran puzzle que resolver: aquí sí que brilla con luz propia el juego, puesto que los escenarios no se nos aparecen tanto como un elemento narrativo, sino antes bien como un desafío intelectual que, siendo honestos, van a hacer que nos exprimamos las neuronas en busca de la solución. Un gran diseño en el que entra en juego no solo  la idea del rompecabezas: también la disposición de los enemigos, sus múltiples trampas y salas secretas donde poder conseguir jugosas recompensas… escoltadas por temibles enemigos que nos harán sopesar si realmente vale la pena correr el riesgo: los recursos son limitados y los enemigos, temibles. Son duros, implacables: no son dado a realizar concesiones al jugador. Es cierto que podemos ajustar la dificultad a lo largo de la aventura, pero donde más jugo se le saca al juego es en los niveles medio y alto, los que nos obligan a estrujarnos el cerebro para saber cómo movernos por sus enrevesados escenerarios.

Porque, digámoslo ya, Vaporum es un juego difícil, complejo y que va a requerir de nuestra paciencia ya no solo por sus muchos e ingeniosos puzzles: su control, adaptado a consolas, es un tanto desigual. Estamos ante un Dungeno Crawler publicado, en su origen, para PC y el esfuerzo que se ha hecho para adaptar sus controles es titánico aunque, por desgracia, no intuitivo: sus muchos atajos para agilizar sus controles en mandos se nos van a antojar poco naturales y no será hasta al cabo de unas cuantas horas, y tras muchos intentos y frustraciones, que comenzaremos a hacernos con el manejor del juego. Si a esto le sumamos que estamos ante un juego especialmente poco amable para con el jugador, en el que se penalizan mucho los errores y los fallos de calculos a la hora de combatir y desenvolvernos en nuestro entorno, obtenemos como resultado que las primeras horas de juegos son especialmente duras. Pero permitidme que os diga una cosa: superada esta primera barrera, importante, para qué engañarnos, nos encontramos ante un sistema de juego sólido, que bebe de los clásicos pero que ha sabido adaptarse a nuestra época.

Para ponernos en situación: estamos ante un juego en primera persona en el que el desplazmiento se realiza por casillas. Su combate nos va a permitir utilizar nos solo armas contundentes, cuerpos a cuerpo, a distancia… También estarán presentes en nuestro haber dispositivos y circuitos que nos permitirán el uso de habilidades especiales facilitadas por el exoesquelteo que se nos presentará nada más empezar: como si de elegir qué clase de personaje queremos llevar, en el inicio se nos presentarán cuatro tipos diferentes de exoesqueletos. Cuatro propuesas diferentes para afronar el desafío, pero que luego podremos ir adaptando a nuestra manera de jugar a través del fumio o, lo que es lo mismo, la experiencia del juego. Sus combates, como los escenarios, funcionan más como rompecabezas que como ejercicio de estilo: deberemos tener en cuenta las debilidades del enemigo para poder sacar el máximo beneficio de nuestros escasos recursos.

En el aspecto audiovisual nos encontramos con una adaptación a consolas sólida: sus escenarios no son un alarde de detalles ni de efectos de luz, pero sabe cumplir gracias a un diseño artístico que, aún estando ambientado en un edificio tan opresivo sabe resultar variado y atractivo para el jugador. Por otro lado, su apartado sonoro cumple con su cometido sin conseguir grandes melodías que perduren en nuestra cabeza pero que acompañan nuestras aventuras por el Arx Vaporum de manera más que solvente. Si a esto le sumamos un doblaje al inglés con buenas voces y buenas interpretaciones y una traducción al castellano notable nos encontramos con que entre nuestra manos tenemos un producto bien pulido y bien optimizado.

Vaporum es, en sus inicios, un juego áspero, duro e implacable, pero una vez avanzamos por sus pasillos y niveles y nos aproximamos a sus entrañas, la recompensa por ser constantes y aprender de nuestros errores es enorme. La barrera de entrada de este juego es grande, pero sin duda vale la pena superarla por las muchas horas de diversión y retos que nos aguardan. Si estabas esperando un dungeon crawler en el que perderte durante hora, con una ambientación excelente, un sistema de personalización de personaje y habilidades profundo, unos puzzles excelentes y una historia que se sigue con interés, Vaporum es una apuesta segura que no debes dejar pasar.