Análisis PS4

Podría resumir el análisis en decir que Children of Morta es un buen juego que cumple con lo prometido y muestra el reflejo de un trabajo a conciencia y con mucho mimo, pero tomar atajos como este contraviene precisamente el espíritu del juego desarrollado por el estudio independiente Dead Mage. Durante los últimos años los juegos retro han demostrado ser un buen reclamo para cautivar a jugadores que peinan canas a la vez que favorece el afrontar desarrollos menos costosos. Pero esto no siempre es sinónimo de calidad. Poner tres píxeles como puños delante de la cara de un gamer cumple con el objetivo de hacernos morder el anzuelo, pero luego el retrogusto a oportunidad perdida puede ser todavía mayor si el título no cumple las expectativas.

Children of morta ha aterrizado con descaro en consola y demuestra ser incluso más de lo que promete, es un RPG de acción para un jugador con opción de con cooperativo local que reúne muchos ingredientes de juegos que han sido auténticos referentes  en su género. Un mazmorreo más clásico a lo Gauntlet, acción frenética estilo Hot Line Miami, progreso de personaje con elección de build y habilidades a lo Diablo y un combate hack & slash con toques de beat´em up que por momentos me han transportado a los salones recreativos cuando me pasaba horas jugando a la máquina de Dungeons & Dragons.

Durante nuestro periplo encarnaremos a cada uno de los Bergson, una familia de guardianes con habilidades y estilos de lucha diferentes. En total tenemos a seis personajes distintos entre sí: John, el cabeza de familia que es un guerrero con espada y escudo; Linda, la bardo que es una diestra arquera; Kevin, el pícaro experto en el usado de dagas y esquiva; Mark, el hijo mayor que hace las veces de monje; Lucy, la hechicera piromante y por último Joey, el luchador armado con una gran maza. Además de estos seis Bergson, tendremos el apoyo como no jugables de Mary, la matriarca; la abuela Margaret y el tío Ben (no confundamos con el de cierto trepamuros).  Los dos últimos nos ayudarán desde la mansión que hace las veces de base de operaciones a desarrollar a los personajes jugables mencionados anteriormente. Ben por su parte lo hará mediante la mejora de características como la armadura, el daño o la velocidad, las cuales tendremos que pagar con dinero que vayamos recolectando por el escenario. Margaret se encargará del lado místico y nos activará los bufos que vayamos encontrándonos en nuestras aventuras.

Iremos avanzando en la historia mediante el mazmorreo estilo roguelike con generación aleatorias de escenarios aunque compartiendo estilo artístico y enemigos hasta pasar a una nueva zona. La trama es bastante típica, los Bergson son los encargados de mantener a raya a la corrupción que asola la tierra donde viven. Lo mejor es que está contada de la mano de cada uno de los miembros y que según vamos desbloqueando misiones secundarias o recogiendo objetos o incluso NPCs podemos ir accediendo a nuevas opciones: una tienda de objetos, mejoras para el personaje, y los diarios de los viajes del abuelo Bergson, largo tiempo desaparecido. Lo mollar es que cada personaje tiene un estilo totalmente distinto lo que permite ir alternando entre ellos para evitar una jugabilidad monótona a la par que descubrir un estilo (como ha sido en mi caso con Kevin) que mejor se adapte a tus capacidades. Según subamos de nivel podemos ir activando habilidades y poderes de uso recargable con efectos de lo más variado, que serán tanto de uso individual como grupales, algo que será de especial interés jugando en cooperativo con alguien más que se verá beneficiado de esas ayudas adquiridas. No podemos omitir que el uso del mando es muy acertado con los botones auxiliares para utilizar objetos y magias.

Si hay un punto que puede levantar admiradores y detractores a partes iguales, eso son los jefazos del juego. Al final de cada “mazmorra”, tras explorar las zonas que nos van a dar finalmente acceso al boss, tendremos que prepararnos a conciencia. Será vital llegar con el mejor personaje escogido para cada uno de ellos y con los potenciadores e ítems que se adecúen a la batalla que tengamos en frente. Los bosses comparten características similares como es el hecho de enfrentarnos a ellos en espacios bastante reducidos (casi siempre escenarios octogonales), aunque por el contrario, cada uno tendrá un diseño propio, unos patrones de ataque y unos mobs que van a ir invocando para hacernos la vida más difícil. Al morir unas cuantas veces caeremos en la cuenta de que el juego nos propone a base repetir, ir escalando en poder hasta poder pasar, algo que aunque a priori se lleva bien, con según qué jefes que se te pongan en medio se te puede hacer un poco cuesta arriba repetir siempre escenarios similares (recordemos que irán cambiando en cada pasada que hagamos). 

Yo he de reconocer que no he sido el más hábil enfrentándome a los jefes y a pesar de que el juego penaliza que llegues de nuevas a cada enfrentamiento, no he apreciado una curva de dificultad del todo pulida aquí, llegando a desesperar por momentos el tener que buscar de nuevo todo el equipo y potenciadores que nos facilite la misión y volver a derrotar a todos los enemigos en una nueva mazmorra generada de manera automática. Sus diseños tienen altibajos pero por lo general están bien a pesar de que alguno peca de simplón, pero tendremos desde araña y golems, a demonios y hechiceros.

El juego nos va guiando en cada paso con las opciones para progresar y en este punto hay que indicar que cuenta con textos en castellano y audio en inglés, de hecho aunque los personajes no tienen voces, una voz en off nos relatará toda la aventura. Los efectos sonoros son muy de los noventa (algo siempre a agradecer en este tipo de envoltorios), pero la banda sonora tiene un toque muy actual y preciosista y es un auténtico deleita ver como armoniza las secuencias de narración que es donde destaca principalmente.

Gráficamente ya hemos dejado entrever que el juego no quiere pisar muchos charcos, sabe a lo que va, pero aun así el equipo artístico no ha dudado en imprimir un sello de calidad en animaciones, sprites y escenarios, donde pasaremos por cavernas, bosques o desiertos. Todo ello aderezado con detalles tan chulos como reflejar en pixel art el impacto de gotas sobre un lago, o el acierto en el uso de una amplia paleta de colores para algunos escenarios más detallados. Tal vez el diseño de enemigos sea lo que nos ha dejado más indiferente, pero lo compensa de sobra con algún escenario francamente bello, mención aparte de la mansión y zona central del juego que impresiona. 

En definitiva Children of Morta es un juego exigente pero que sale victorioso de la mezcla de géneros RPG, roguelike y combate hack and slash. Su elevada dificultad en los jefazos puede hacer que desistamos de repetir las mismas fases una y otra vez pero como podemos ir cambiando personajes se reduce la fatiga del jugador en este sentido.

 

 

 

 

 

 

 

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