Al final el asesino no era el mayordomo
6 noviembre, 2025«El asesino ha sido el mayordomo con el candelabro en la biblioteca”.
Si hace unos meses, en medio de esa vorágine de autodestrucción en la que se encontraba inmersa Xbox, me hubierais preguntado que opinaba de todo lo que estaba pasando en la casa más verde de las consolas, es muy posible que, tras 40 minutos de graciosa verborrea con acento murciano, hubiera terminado mi speech con esa frase. Por que el cliché por antonomasia del mundo del crimen se adaptaba de manera perfecta a la situación del momento. Una mansión (Xbox), donde uno a uno iban cayendo invitados (estudios / títulos) y donde al final el culpable era el personaje más obvio, el mayordomo (Phil Spencer). Y es que todo apuntaba a ello, cada vez que el CEO de Xbox asomaba la cabeza para tranquilizar a los fans de marca, aparecía una nueva silueta pintada con tiza en el suelo. Su gran apuesta por Game Pass, como salvavidas de la consola, y la compra de estudios al final estaba pasando una factura que nos estaba saliendo muy cara a los fans. El amo del dinero, el señor Nadella, preguntaba aquello de «donde esta lo mío» y Spencer no podía responder de otra forma que con despidos y ajustes, tratando así de justificar unas inversiones astronómicas, que con la compra de Activision, colmaron el vaso de la paciencia de los accionistas. Pocos quedaban ya por no pedir que el nombre de Phil Spencer apareciera con letras doradas en el muro de la vergüenza que hay junto a la puerta de atrás de los estudios Xbox. Pero como siempre suele pasar, la realidad supera la ficción.
Seguro que también te interesa nuestro articulo Videojuegos contra la depresión
Es cierto que los desvaríos y volantazos en Xbox parecían tener origen en la cúpula de la división de consolas de Microsoft, pero algo no cuadraba. En sus apariciones publicas Phill no parecia la misma persona que un día tomo el relevo de Don Mattrick y su lenguaje corporal distaba mucho de la seguridad de sus primeros años. Por no hablar que su aspecto físico parecía ir a peor en cada aparición, llegando al extremo de preocuparnos la salud del de Redmond. Tenía que haber algo más que se nos escapaba a todos. De nuevo la prensa más seria y comprometida del sector destapaban un nuevo escandalo. Jason Schreier primero, y Dina Bass después hacían saltar todas las alarmas con varios artículos que sacaban a la luz decisiones económicas, cuando menos cuestionables, de la empresa y sobre todo ponían los focos sobre un nombre que antes pasaba bastante desapercibido entre los usuarios, Amy Hood.
La directora financiera de Microsoft, conocida por su minuciosidad en cuestiones de rentabilidad, impuso en 2023 una meta de un margen de beneficio del 30% a todas las divisiones que operaban bajo el paraguas de Microsoft, esto incluía la división gaming y por ende a Xbox Studios. Esta nueva imposición, respaldada por el propio Satya Nadella, buscaba recuperar de manera rápida las inversiones hechas por Xbox, sobre todo tras la adquisición de Activision-Blizzard-King, y demostrar la rentabilidad de la división. Pero esta nueva política financiera rompe con todo lo establecido, no solo dentro de la empresa, si no con el propio sector del videojuego. Según los datos publicados por Bloomberg el sector del videojuego se mueve en unos márgenes que rondan el 17% y 22%. De la noche a la mañana Phill Spencer y el resto de equipo de Xbox Studios se vieron en la necesidad de duplicar el beneficio que obtenía su división y lo debían de hacer desde la desventaja de ser la consola menos vendida de la generación. Phill se enfrentaba a una batalla ya perdida de antemano.
La nueva regla de Amy Hood, introducida a traición y con alevosía a mitad del partido, actuó como una bomba que dinamito Xbox desde dentro. Despidos masivos que alcanzaron a más de 15.000 empleados en todos los estudios de Xbox, cancelación de proyectos en los que ya se habían invertido millones como Perfect Dark, Everwild y Contraband, cierre de estudios como The Inicitive o Tango Gamesworks (siendo este especialmente doloroso tras el éxito que tuvo su Hi-Fi Rush), subida de precios de todos los tier de Game Pass y por supuesto, la rendición incondicional de Xbox en la llamada Guerra de Consolas entregando todos sus exclusivos a Playstation 5 y Nintendo Switch. Todo había cambiado, Xbox ya no competía contra otras marcas, Xbox ahora competía por sobrevivir a su propia matriz.
Mirado desde fuera, y a la luz de las nuevas informaciones, de repente todo cobra «algún» sentido. Muchos como yo bromeábamos con que en Xbox no había nadie al volante y que se tomaban decisiones, cuanto menos, caprichosas. Ahora sabemos que si que había alguien al volante, pero este no sabía conducir y encima tenía conductas suicidas. La torpeza , por no llamar ineptitud, de Amy Hood en la industria del videojuego ha provocado que Xbox entre en una espiral de la que ya es imposible salir. Ya no es que Xbox tenga una crisis de identidad, ya es que ha perdido totalmente a su base de jugadores fugados, en su mayor parte, al PC. La marca que ha sido asociada durante años con innovación, transparencia con el jugador y servicios de calidad esta ahora atrapada en una celda de excel que no respeta tiempos, ni dinámicas de desarrollo, solo el da valor color verde del beneficio. El modelo de Amy Hood prioriza la rentabilidad más inmediata antes que a los millones de jugadores que habían llevado a la marca a lo que había sido.
Hace poco no una conocida tienda de videojuegos saco un tweet en el que, a tono conciliador, lanzaba un falso tratado de cese de las hostilidades entre PlayStation y Xbox dando así por terminada las Console Wars. Ahora sabemos que no fue un cese de hostilidades si no que fue una rendición propiciada por las maquinaciones internas de unos directivos que ansían el dinero por encima de todo, directivos como Nadella que tras toda esta debacle el buen hombre a cobrado un bonus de 100 MIllones de dolares.…no todos los calvos son malas personas…pero todas las malas personas son calvas.
Seguro que también te interesa nuestro articulo Nintendo, Gracias por enseñarme cómo no quiero que me quieran
En esta ocasión al final el asesino no era el mayordomo, en el triste final de la marca Xbox, desahuciada por la comunidad gamer y enfocada ya a ser una third party más, no tuvo nada que ver con una directiva que no sabía como remontar la actual generación sino a la actuación de unos ejecutivos que nada saben del negocio que dirigen y que no ven más allá de los objetivos financieros prometidos a los accionistas. Los últimos años de Xbox son el ejemplo, junto con el nuevo rumbo que esta tomando Nintendo, de que la industria ha dejado de estar dirigida por gente con pasión que entendía el medio. Quizás sea la prueba definitiva de que la industria del videojuego ya esta demasiado viciada y que necesita un revulsivo, un terremoto como el que vivió el negocio en 1983 y que sirvió para que nuevas empresas tomen el relevo a una panda de encorbatados que lo único que saben de creatividad es elegir el color del traje que se ponen cada mañana.
- Al final el asesino no era el mayordomo - 6 noviembre, 2025
- Nuevo Razer Huntsman V3 Pro 8K - 30 octubre, 2025
- Bye Sweet Carole. Análisis - 30 octubre, 2025









