Análisis Marvel’s Guardians of the Galaxy

Cuando en la radio suena tu canción favorita

Quien mucho aprieta poco abarca, más vale pájaro en mano que un ciento volando, ante la duda la más…muchos refranes podrían aplicarse a la recogida de cable que Square Enix parece haber hecho con Guardians of the Galaxy, el enésimo título de la unión de Marvel con los videojuegos que llega con la difícil tarea de levantar el ánimo a crítica y público tras el desastre de Avengers. Pero no hay nada imposible para Star-Lord y los guardianes.

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Como si se tratara casi de un match ball para la división occidental de Square Enix, Eidos Montreal ha recogido el testigo de Crystal Dynamics con un juego que sobre el papel parecía ser un marrón tras el fiasco de Avengers. Aquel juego servicio pretendía ser durante una década un auténtico pilar para la compañía de Shibuya y la cosa no resultó como se esperaba. Ya sea por mérito del equipo canadiense o fruto de una estrategia más amarrategui, la idea de este nuevo juego sí puede considerarse exitosa a falta de refrendarse con buenas ventas y al jugarlo sonríes sin darte cuenta, como si al poner la radio estuvieran poniendo esa canción que tanto te gusta.

Guardians of the Galaxy huye de experimentos en cuanto al looteo o funciones online que distraigan de la misión principal: contar una buena historia aprovechando el enorme carisma de estos personajes unido a un gameplay divertido. Los Guardianes de la Galaxia se verán acorralados por el cuerpo Nova al tener que hacer frente a una cuantiosa multa que deben pagar pronto luchando contra engendros gigantes y villanos temibles. De fondo tendremos a la Iglesia Universal de la Verdad y una amenaza para toda la galaxia a la que deberán enfrentarse. Suena simple, cortita y al pie, pero para que todo funcione bien han de tomarse buenas decisiones en la planta noble y aquí por suerte las ha habido.

El juego se divide en diversos episodios y capítulos que nos llevarán a través de exóticos, planetas, conocidos puertos espaciales y pecios abandonados durante más de 15 horas. Nosotros manejaremos a Peter Quill, o lo que es lo mismo, Star Lord, el líder por decir algo de esta extraña banda de cazarrecompensas y buscavidas intergalácticos. Ya conozcas a estos héroes por los cómics o las películas, desde el primer momento vas a enamorarte de ellos gracias un excelso guión que provoca diálogos, situaciones hilarantes y una gran carga emocional en según qué momentos. El juego está muy bien escrito, pero mejor doblado con unas voces a la altura de sus alter-ego cinematográficos. En su versión original además cuenta con una sincronización labial de altura, pero en la versión española ha habido un enorme equipo de personas detrás y no desmerece la experiencia para nada contando de hecho con las mismas voces de la película para personajes como Gamora, Drax o Rocket a cargo de Olga Velasco, Pedro Tena y Juan Logar. En la voz de Star-Lord tenemos una de las discrepancias más evidentes pero aunque el tono que aporta Iñaki Crespo se aleja de la voz del actor de doblaje de Chris Pratt, su trabajo es impecable. El apartado sonoro se termina de coronar con la banda sonora ochentera repleta de los éxitos de A-ha, Europe, Kiss, New Kids on the Block y un largo etcétera. Por si fuera poco se ha creado la banda rock ficticia Star-Lord para la ocasión dándole mayor trasfondo a la trama y sumando nuevas canciones originales con ese espíritu de los 80.

Con alma de cine presente, el juego intercala interesantes secuencias de vídeo con la exploración según avanzamos por los niveles escalando por plataformas y usando las botas propulsoras de Peter para llegar a zonas difíciles. Para evitar la monotonía, en algunos momentos usaremos habilidades de campo de los guardianes para avanzar, como las propias pistolas elementales de Quill, crear puentes de ramas con Groot, Mover objetos pesados con Drax o usar su fuerza para derribar muros, abrir bloqueos con la katana de Gamora o usarla de impulso para llegar a otras zonas, o usar a Rocket para usar paneles electrónicos o colarse por huecos pequeños. Lo que podría haber sido un gameplay monótono y aburrido se convierte en un entretenido paseo salpimentado con un quick-time event por aquí, recoger algún traje coleccionable o materiales para conseguir mejoras de habilidades, el uso de una habilidad de guardianes por allá, conversaciones que nos obligarán a tomar partido en discusiones o en la toma de decisiones sobre lo que hacer en el siguiente paso. Me paro en este punto para comentar que estas decisiones en las conversaciones es algo que me ha gustado especialmente ya que podemos conseguir que sucedan distintas cosas en la trama (no esperéis grandes divergencias aquí) o cambiar la relación con otros personajes mientras moldeamos a nuestro Peter Quill.

En lo que respecta al combate, me vienen a la mente juegos como Control, donde las conocidas arenas hacen acto de presencia para soltarnos de tanto en tanto grupos más o menos numerosos de enemigos con el objetivo de plantarnos un reto a la altura delante. En este caso el fluido combate gracias a las bondades de la nueva generación, por momentos puede ser visualmente espectacular. Haciendo gala de animaciones combinando a los guardianes en combos de ataques coordinados, el uso de habilidades especiales distintas que iremos desbloqueando según consigamos experiencia al derrotar a enemigos o el momento de “hacer piña”, una interfaz que me recuerda al estilo Persona 5 en el que optaremos por lanzar un discurso a los guardianes y dependiendo de nuestra elección podremos bufarlos para hacer más daño a los rivales. Algo que no me ha terminado de encajar ha sido el grafismo de daño y vida de los monstruos ya que quedan un poco pegote en pantalla. A pesar de que tendremos enfrentamientos con jefes finales más desafiantes, lo cierto es que no se requiere una gran pericia para avanzar por el grueso de combates del juego, aunque sí contaremos con varios niveles de dificultad a nuestra elección para ajustar la experiencia.

Guardians of the Galaxy sabe recoger el testigo de juegos como Marvel Spider-man o los Batman Arkham y aprovechar todo el lore de los cómics. Y en eso el Marvel Cósmico no tiene parangón. Richard Ryder, Yondu, Darkhawk, Mantis, Cosmo, Thanos o El Coleccionista son solo algunos de los nombres que irán apareciendo como simples referencias o como PNJ imprescindibles en la trama y la verdad es que enriquecen mucho la experiencia del fan acérrimo a estos personajes. Eidos Montreal ha salido victorioso de un desafío que tenía mucho en contra de antemano, gracias a un diseño práctico y sin complicaciones externas. Square-Enix debe tomar nota sobre cuál es el camino a seguir en proyectos venideros.