Last Time I Saw You. Análisis

Una entrañable aventura sobre la amistad, la familia y el amor de juventud, impregnada de mitología japonesa.

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Con Last Time I Saw You me he encontrado ante un producto muy especial por varios motivos. Primero, por tratarse del primer juego del estudio Maboroshi Artworks, afincado en Osaka. ¡Y quién lo diría, viendo el nivel con el que se han estrenado! Nuestros dieces, eso vaya por delante. Pero además, es que resulta que el fundador del estudio y director de arte del juego responde al nada japonés nombre de Juan Fandiño. Y si, como habrás sospechado, es oriundo de nuestra piel de toro, si bien está afincado desde hace años en el país del sol naciente. Pues bien, Juan y su equipo, formado por una decena de personas en total entre compositores, guionistas, y programadores, entre otros, han dejado muy claro que tienen un brillante futuro en el mundo del desarrollo de videojuego, dadas las cotas de calidad que han alcanzado con ésta su primera propuesta.

Last Time I Saw You es una aventura de exploración con gran carga narrativa, aderezada con unas ligeras pinceladas de acción, en la que encarnamos a Ayumi, un chaval de 12 añitos que vive en un pequeño pueblo rodeado por un misterioso bosque, situado en una zona indeterminada del Japón más profundo y rural. La aventura se desarrolla en los años 80 (por tanto, acabo de caer que Ayumi es… ¡mayor que yo! ¡Yuhu! Esto cada vez me pasa menos a menudo), y a lo largo de ella le acompañaremos a través de una historia coming-of-age bastante canónica: el comienzo del final de la infancia, con sus consabidos enamoramientos imposibles, corazones rotos, amistades a prueba de bombas y a la vez turbulentas, y la a veces dolorosa, inevitable pero muy sana evolución de la relación con nuestros progenitores. En medio de este huracán de emociones, por si fuera poco, Ayumi se verá además inmerso en una sobrenatural misión para salvar a su pueblo de la destrucción total, nada más y nada menos, en la cuál tendrá la oportunidad de conocer e incluso de intimar con todo un elenco de personajes mitológicos japoneses, como nekomatas, kappas, yo-kais, y otras entidades que harán las delicias de los incondicionales del folklore nipón.

A nivel jugable, como decimos, Last Time I Saw you es un juego de exploración en 2D con desplazamiento lateral. Podremos caminar (correr) con Ayumi, y hacerlo saltar para superar ciertos ligerísimos toques de plataformeo. Además, se han incluido también retazos de mecánicas de combate, muy sutiles, y que no aspiran a más que a amenizar los desplazamientos a través del mapa con un poco de acción, que resulta refrescante, pero que a veces te deja con la miel en los labios al no poder enfrentar un reto un poco más serio. Pero como decimos, lo molar de este juego es la exploración, los diálogos, y la componente de aventura gráfica, de forma que lo más importante serán las misiones, recados y encargos que iremos recibiendo por parte de los variopintos habitantes de la aldea donde vive Ayumi y los del bosque que la rodea. Y además, se puede acariciar a un perrito. Todo es mejor cuando se pueden acariciar animales. El elenco de personajes es variado y todos ellos están muy bien construidos, dotados a través de sus historias personales de una tridimensionalidad y una credibilidad notable. Se les termina cogiendo cariño a todos, y el juego consigue animarnos a querer ayudarlos y a saber más de ellos. La historia es tierna, sencilla y directa, y te aprieta el corazoncito desde el principio, no escondiendo en absoluto su intención de estimular tus glándulas lacrimales. Y lo consigue.

A nivel artístico el juego sobresale. El estilo de los gráficos es precioso, con un tono manga muy dulce, una paleta de colores muy agradable y que se va adaptando a los diferentes entornos que vamos visitando de una manera muy orgánica. Las animaciones son sencillas pero muy funcionales, y con lo mínimo transmiten una naturalidad destacable. Además de esto, el uso que el juego hace de la luz y de las sombras y los efectos como las gotas contra la pantalla y los arco iris producidos por la lluvia y el sol del atardecer terminan de elevar el acabado visual del título a cotas sobresalientes. El apartado sonoro no le va a la zaga: la banda sonora está plagada de temas lo-fi que acompañan al estilo cozy y relajado del conjunto, y que contribuyen a la implicación emocional que sin duda se busca.

En el apartado técnico, esta primera propuesta del estudio de Osaka resulta sorprendente. Es llamativa la cantidad de detalles que se han trabajado simplemente para crear entornos llenos de vida y de posibilidades de interacción. Por ejemplo, se pueden golpear y romper ciertos elementos que nos iremos encontrando por los caminos, por el mero placer de hacerlo, las hojas de los árboles saldrán volando al pisarlas en nuestros correteos de un lado al otro del mapa, los pájaros escaparán volando asustados al acercarnos a ellos, e infinidad de otros detalles de este tipo que implican no pocas horas de programación, pruebas, diseños artísticos y, en definitiva, quebraderos de cabeza por el simple hecho de engalanar el juego con detalles que lo engrandecen.

Last Time I Saw You es una experiencia recogida, concisa, de duración bastante reducida. Pero en ese sentido es también perfecta: a su historia y su desarrollo no le falta ni le sobra una coma. Todo el tiempo que estamos jugando es tiempo de disfrute, e incluso la menos excitante misión de recadero te resulta agradable al consistir, como mínimo, de un paseo por un entorno cuidado hasta el más mínimo detalle, en el que casi puedes oler la madera de los árboles y sentir la brisa otoñal acariciándote el pelo. Este es un juego sosegado, intimista, preciosista, y muy muy tierno que nos hace reencontrarnos con ese niño interior al que, ay pobre mío, no le hacemos el caso que deberíamos para ser más felices, tanto él como nosotros. Así que la ocasión es inmejorable para sentarnos junto a él, acurrucarnos los dos juntos, y acompañar a Ayumi en su aventura de salvar al mundo… y superar el fin de su infancia.