Lost King’s Lullaby
11 junio, 2019Análisis para Nintendo Switch
Sumérgete en la magia del bosque
El lanzamiento de un juego como Lost King’s Lullaby siempre debería ser un motivo de alegría para toda la comunidad. Por un lado, por suponer la culminación de años de duro trabajo para un estudio novel como Storeen Games, que comenzó con el proyecto como parte de su formación académica y ha terminado debutando en Steam y en la eShop de Nintendo Switch. Pero a su vez, la publicación de este título supone también un hito para Avance Discos, en su primer proyecto como editor y publisher además de como distribuidor, contribuyendo a la consolidación y al enriquecimiento de la industria del videojuego en nuestro país. El estudio madrileño nos presenta su ópera prima como si de un cuento se tratase. En el mismo momento de arrancar el juego, se abre ante nosotros un gran libro grabado con motivos celtas que nos sitúa en la remota isla de Banba y nos narra, página a página, la historia de Kiara, una pequeña huérfana que un buen día, despierta siendo la única superviviente de una maldición que ha sumido en el sueño a todos los habitantes de la isla. Con la única compañía de Suantraí, Kiara deberá encontrar a los Tuath Dé Danann para deshacer la terrible maldición. Tras el volteo de la última página, comenzará nuestra aventura.
Lost King’s Lullaby se nos presenta como un roguelite con ligeros toques de RPG en el que Kiara y Suantraí deberán recorrer las distintas zonas que componen el mapa derrotando a cuantos enemigos se crucen en su camino hasta alcanzar su objetivo. El juego se compone de 3 zonas principales, llamadas Banba, Fódla y Éiru como las 3 diosas hermanas celtas hijas de los Tuath Dé Danann y cada una de las zonas se divide a su vez en dos niveles. Cada uno de estos niveles está generado de forma procedural, de forma que cada vez que los reiniciemos su mapeado será diferente. De esta manera, tanto la ubicación de los enemigos como de la salida serán siempre distintos, lo cual nos obligará a explorar los bosques de nuevo en cada recorrido. Para facilitar un poco las cosas al jugador, los escenarios no son excesivamente grandes y contamos con un la ayuda de un mapa que se va autocompletando con nuestro avance, de forma que siempre sabremos dónde estamos y qué partes del nivel nos faltan por recorrer en busca de la salida.
Recorreremos los distintos niveles del juego desde una perspectiva de scroll lateral 2D con diferentes planos de profundidad accesibles mediante senderos marcados hacia arriba o abajo en el camino. Diseminados a lo largo y ancho del mapeado nos encontraremos con un buen puñado de enemigos, estáticos en determinados puntos del camino. Será nuestra decisión si queremos enfrentarnos a ellos, tomar una ruta alternativa para evitar el enfrentamiento o utilizar una de las (limitadas) cargas de Nana del Rey Perdido para que nuestro fiel Suantraí los petrifique con una melodía encantada y poder atravesar su posición. Cuando finalmente encontremos la salida de cada una de las 3 zonas principales, deberemos enfrentarnos al guardián que la protege: enemigos singulares que, a modo de jefes finales, cuentan con ataques más devastadores y mucha mayor resistencia que los enemigos habituales que pueblan el mapeado. Para ponernos las cosas un poco más fáciles en estos enfrentamientos finales, en algún punto del mapeado se esconden las piedras de Lia Fáil (Piedras del Destino según la mitología celta) gracias a la cuales podremos debilitar a los jefes y ralentizar sus ataques.
Llegados a este momento tenemos que hablar del combate, uno de los puntos fuertes del título y donde principalmente reside la jugabilidad. Cada vez que nos enfrentemos a un enemigo abandonaremos la perspectiva lateral para entrar en el modo de combate. La contienda se dirimirá en un rectángulo de batalla en el que Kiara, representada por un icono, tendrá libertad de movimiento y deberá esquivar los ataques del enemigo mientras trata de infligirle el mayor daño posible a través de un interesante y depurado sistema por turnos en tiempo real. ¿Cómo? ¿Qué es eso de por turnos en tiempo real? Aunque Kiara puede moverse por el rectángulo de batalla en tiempo real sin ninguna restricción de turnos, tanto nuestra protagonista como el enemigo disponen de una barra de acción que les impide realizar acciones de combate hasta que ésta no ha alcanzado un determinado nivel. Así, los enemigos atacarán cada vez que esta barra se llene completamente mientras que Kiara puede realizar distintas acciones dependiendo del nivel de llenado de la misma: aproximadamente al 20% podremos llevar a cabo acciones defensivas (ralentización de enemigos, inmunidad temporal…), podremos atacar al alcanzar el 50% o bien lanzar hechizos de curación si el nivel de la barra ha llegado al 90%. Cada vez que realicemos una de estas acciones el nivel de la barra volverá a cero de forma que tendremos que escoger cuidadosamente qué tipo de acción queremos llevar a cabo puesto que sus tiempos de recarga van a ser distintos.
Además de estas barras de acción, tanto Kiara como nuestro enemigo cuentan con unos puntos de vida que se irán reduciendo con cada ataque recibido hasta la derrota cuando este indicador llegue a cero. Nuestros ataques siempre van a hacer mella en nuestros enemigos, causando daño según su tipo y su nivel, mientras que nuestros enemigos atacarán en forma de proyectiles o patrones de movimiento que podremos esquivar haciendo uso de toda nuestra destreza en el rectángulo de batalla.
Cada enemigo tiene 3 ó 4 tipos de ataques distintos, que siempre siguen patrones predefinidos con ligeras variaciones. Cualquier contacto con un ataque enemigo nos va a dañar, de forma que estos combates se convierten en una prueba de previsión, reflejos y habilidad para reconocer los patrones de ataque y reaccionar adecuadamente evitando así el daño. También resulta necesaria una ligera visión estratégica a la hora de encadenar nuestras acciones (defensa/ataque/curación) de combate.
Es importante destacar que los puntos de vida no se regeneran en cada nuevo combate, por lo que será necesario buscar un equilibrio entre el ataque y la sanación para no quedarnos vendidos de cara a futuros enfrentamientos. La derrota en uno solo de los combates, como suele ser habitual en el género, nos obligará a regresar al poblado y comenzar el juego de nuevo. Durante nuestra estancia en el pueblo podremos acceder al Árbol de la Morrigna donde podremos, a cambio de las plumas que vamos obteniendo al ir superando los sucesivos combates, obtener nuevas habilidades de batalla (3 defensivas, 3 ofensivas, 3 de curación), mejorarlas (5 niveles para cada habilidad) y escoger cuáles de ellas encajan mejor con nuestro estilo de juego y deseamos equipar de cara a nuestro próximo intento.
Otro de los puntos fuertes del juego es el control durante el combate. Debido al sistema de combate escogido, un control ágil y preciso resulta imprescindible. En este sentido el movimiento de Kiara responde de forma instantánea al movimiento del stick, asegurando que el éxito o fracaso en nuestra aventura se deba únicamente a nuestra propia habilidad y no a ningún factor externo o de azar. En este sentido hay que decir que, al menos en la versión para Nintendo Switch utilizada para este análisis, en periodos largos de juego puede producirse algo de lag que nos hace perder precisión en el combate y dificulta los enfrentamientos. Este problema es conocido por los desarrolladores que esperan subsanarlo con un futuro parche. En cualquier caso, no es un problema que haya impedido a este redactor finalizar el juego.
El principal problema de Lost King’s Lullaby reside en que, pasado un tiempo, su mecánica principal se vuelve en su contra. Al principio querremos enfrentarnos a cuantos enemigos podamos, con el objetivo de identificar sus patrones de ataque y aprender a esquivarlos. Pero tras unos cuantos enfrentamientos no tardaremos en memorizarlos y evitarlos con cierta facilidad, de forma que a la larga los combates se convierten en un trámite que puede llegar a resultarnos demasiado repetitivo. Tal vez un mayor número de enemigos diferentes o la inclusión de algún incentivo más (además de los coleccionables en forma de fragmentos de historia) para fomentar la exploración le hubiesen sentado bien al juego. Afortunadamente, la aventura no se alarga artificialmente y tiene la duración duración justa como para que no lleguemos a aburrirnos en ningún momento.
El apartado artístico está especialmente bien cuidado. Como puede verse en las capturas de pantalla que acompañan a este texto, todo en el juego está diseñado para transportarnos y hacernos partícipes de un cuento en la mejor tradición celta. Partiendo de la paleta de colores, pasando por la iconografía y los menús y llegando al aparentemente sencillo pero muy trabajado diseño de escenarios, personajes y enemigos todo en el juego, incluso la bruma que sirve de transición entre pantallas, bebe directamente de la tradición, la mitología y el estilo celtas presentando un concepto visual muy similar al que podemos encontrar en películas de animación como “El Secreto del Libro de Kells” o “La Canción del Mar” de Tomm Moore. Las animaciones, tanto dentro como fuera del combate, tal vez puedan parecer un tanto bruscas, pero se trata de una elección premeditada perfectamente alineada con el estilo visual del juego.
La banda sonora completa perfectamente este mundo místico e irreal, ayudando a crear el ambiente de naturaleza mágica en el que se desarrolla la historia. Música calmada y relajada con el tono dulce que le aportan las flautas, que se intensifica para los combates, pero sobre todo destaca un excelente uso de los efectos de sonido para crear unos entornos que transmiten naturaleza y vida pero al mismo tiempo misterio, peligro y misticismo en las fases de exploración y a la vez son capaces de generar tensión y desconcierto durante el combate. Como no podía ser de otra manera viniendo de un estudio español, el juego está completamente traducido al castellano, aunque me ha llamado la atención que algunos textos muy concretos aparecen siempre en inglés, sin afectar para nada a la jugabilidad.
Ambientado en un sencillo pero preciosista envoltorio, Lost King’s Lullaby nos transporta a un mundo mágico que no nos dejará indiferentes y nos ofrece una propuesta fresca y divertida que, aunque se agota pronto, es capaz de prestar unas buenas horas de entretenimiento a jugadores de todas las edades.
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