The Red Strings Club

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Análisis PC

El estudio valenciano Deconstructeam vuelve a la carga tras Gods Will Be Watching con The Red Strings Club, una aventura conversacional con toques de “point and click” que nos pondrá en la piel de tres personajes distintos en un futuro no demasiado lejano con estética “ciberpunk”. En este futuro la humanidad a desarrollado la capacidad de crear implantes cibernéticos que permiten al individuo adquirir ciertas mejoras, y como ya se ha mostrado en otros títulos como Deus Ex o el venidero Detroit: Become Human, no toda la sociedad está a favor de estos.

Partiendo de esta base The Red Strings club desarrolla una intrincada historia que no desarrollaré en este análisis ya que es el eje central del juego y merece la pena descubrirlo por uno mismo, pero que sin duda no puedo dejar de recomendar a todos los jugadores pero especialmente a aquellos que les apetezca pasar 4 o 5 horas replanteándose algunos de sus principios que puedan creer más férreos ya que como voy a desarrollar en este análisis The Red Strings Club va de eso, de plantearse cosas y afrontarlas haciéndonos responsables de nuestras decisiones y siendo capaces de vivir con ellas.

The Red StringsClub es como he dicho anteriormente una aventura conversacional por lo que su mecánica principal será la de ir seleccionando las distintas líneas de diálogo que queremos ir adoptando y que trazarán un intrincado sistema de (como bien indica el título de juego) líneas rojas que conformarán nuestra historia, la gracia de esto radica fundamentalmente en que las posibilidades son enormes y que cada decisión o conversación que tengamos tendrá una enorme repercusión en el devenir de la historia, por lo que a las 4 o 5 horas que comentaba anteriormente se le pueden sumas otras tantas por cada vez que queramos repetir para ver las distintas opciones en que se resuelve la historia.

En The Red StringsClub manejaremos a tres personajes distintos: el androide Akara, el rebelde Brandeis y el barman Donovan y es a través de cada uno de ellos como el juego nos plantea sus distintas mecánicas. En el caso de las conversaciones el mayor peso lo lleva Donovan, personaje con quien pasemos la mayor parte de la historia, este es el camarero del local The Red Strings Club y que tiene la habilidad de poder alterar el estado de ánimo de sus clientes con sus cócteles, esto es importante a la hora de seleccionar que vamos a decir y en que momento ya que las distintas preguntas que queramos hacer a los distintos personajes que visitan este particular bar entrarán mejor con un estado de ánimo que con otro, y de esta forma conseguiremos recabar más información.

En la elaboración de los cócteles es donde entra el componente “point and click” del juego ya que seleccionando con nuestro ratón las distintas botellas de las que disponemos podremos combinar en nuestra coctelera sus ingredientes de manera que un círculo que se nos muestra superpuesto a la silueta de nuestro cliente se dirija hacia una de las emociones que se muestran en pantalla también en forma de círculos. Nuestros cócteles se irán haciendo de una forma más elaborada conforme transcurre el juego e incluso podremos añadir alguna otra sustancia que obtendremos como recompensa a contestar al menos 7 preguntas correctamente de las 10 que nos formula Akara al terminar de charlar con un cliente. Esto es un mecanismo fundamental del juego ya que este utilizará estos cuestionarios para mesurar cuanto hemos comprendido de lo que hemos hablado con nuestros clientes y si hemos llegado a empatizar con ellos.

Las otras dos mecánicas que encontramos en le juego serán una especie de taller de cerámica en el cuál Akara deberá de elaborar los implantes cibernéticos que sus clientes necesitan.Para ello el juego nos muestra un sujeto anestesiado del que podemos consultar su demanda y en base a esta colocarle aquel implante que consideremos más apropiado, usando el ratón daremos forma a este implante siguiendo el patrón de una plantilla,  mientras estamos trabajando en el torno podremos seleccionar distintos punzones que tienen cabezales con distintas formas y que servirán para moldear mejor los implantes, como curiosidad decir que Akarapodrá seleccionar música para concentrarse más en esta tarea.

En el caso de Brandeis más que una mecánica en sí nos encontramos ante un pequeño puzle que en su planteamiento va a depender en gran medida de las distintas decisiones que hayamos tomado con Donovan, este pequeño juego nos plantea una serie de números de teléfono, un ordenador que debemos de hackear y un modulador de voz que nos permitirá hacernos pasar por determinados personajes para conseguir los datos que necesitamos a fin de conseguir hackear el ordenador. De nuestras decisiones anteriores y de nuestra habilidad/intuición para seleccionar adecuadamente a quién llamar y por quién hacernos pasar dependerá el tiempo que tardemos en resolver el puzle. Me gustaría señalar el acierto de Deconstructeam en que exista la posibilidad de dejarnos en este caso asesorar por Donovan ya que de esta forma si nos perdemos seremos reconducidos por él y que el hablar con él sea algo totalmente opcional o no según el gusto del jugador.

The Red Strings Club es un juego en dos dimensiones hecho bajo la técnica del pixelart, pero esto no te debe de llevar a equivocación ya que no se trata de la típica técnica indie para tapar carencias de diseño, en este juego todo esta hecho con mimo y mucho detalle, su estilo pixelado nos va a retrotraer a la época dorada de las aventuras gráficas de Lucas Arts pero con un nivel de definición muy mejorado. El juego dispone de una banda sonora sensacional, que acompañará al jugador en toda la aventura dotando de especial dramatismo a los momentos que así lo requieren y ambientándonos perfectamente en la historia que nos quieren contar y el mundo en el que se nos hace vivir, sin lugar a dudas sobresaliente en el apartado sonoro.Los efectos de sonido, aunque escasos están bien implementados en el juego de forma correcta sin hacer de menos el conjunto de la obra.

Al tratarse de un obra Made In Spain,el juego se encuentra perfectamente localizado al castellano y esto no quiere decir únicamente que el juego esté en su totalidad en nuestro idioma sino que además hace uso de un lenguaje muy actual e incluso muy del medio de aquellos que estamos en contacto con os videojuegos, lo que hace que el jugador se sienta aún más identificado dentro de esta aventura, además el juego referencia a otras obras del sector en algunas ocasiones lo que resulta bastante del agrado del jugador veterano.

The Red String Club no es solo un videojuego excelente, sino que se trata un relato perfectamente escrito, sinceramente de los videojuegos mejor escritos que he jugado jamás y que conseguirá poner a prueba nuestra empatía haciendo gala de una serie de recursos muy inteligente para no hacernos ver cuales son sus intenciones en ningún momento y consiguiendo que nos replanteemos nuestras convicciones que creemos más firmes. Una aventura perfecta para pasar una tarde y llevarse de paso una gran experiencia.