Análisis Tharsis
13 abril, 2020Nintendo Switch
“El universo tiene sentido de la ironía, y algunas veces nos recuerda lo cruel que puede llegar a ser.”
Laurell K. Hamilton
Estoy intentando hacer memoria y tratar de recordar juegos donde se pudiera apreciar la crudeza del espacio, lo injusto y lo despiadado de su indiferencia …y no consigo que venga a mi mente ninguno. Mass Effect, Dead Space, Alien: Isolation..es cierto, es verdad, hay muchos juegos con temática “espacial” dentro del saco de la “space opera”, la acción, el rol o, incluso, el “terror” pero no consigo recordar un titulo donde el enemigo fuera simplemente el espacio y el descubrimiento de que realmente estamos solos “allí arriba”. Esto mismo es, con matices, lo que Choice Provisions trata de reflejar en Tharsis, la terrible certeza de que estamos completamente solos ante la aleatoriedad de los mil desastres que pueden dar al traste con cualquier viaje espacial.
Y es que si en un pequeño viaje a la playa ya pueden pasarnos algún que otro contratiempo imagina todo lo que podría salir mal en un viaje a nuestro “cercano” vecino rojo, Marte. Tharsis es un juego que nos propone vivir, más bien sobrevivir, a las 10 semanas de viaje que quedan tras un desastroso suceso, que tendrá lugar durante el tutorial, y que desencadena una serie de acontecimientos que convertirán las semanas que restan de viaje en una autentica pesadilla para sus integrantes. Para vivir esta aventura Choice Provisions propone un planteamiento bastante interesante, un juego de estrategia y rol, en el que tomamos el papel de comandantes de la nave y desde nuestro panel de control tendremos que enviar a los distintos componentes de la tripulación a ir solucionando los distintos problemas que van surgiendo en nuestra nave espacial. Estamos solos aquí arriba y solo nos las tenemos que arreglar y que una vez jugada la primera partida se asemeja mucho a un juego de mesa.
La jugabilidad es bastante sencilla de aprender, estamos ante un juego de turnos en la que cada turno es una semana de viaje. Al arranque de cada uno de ellos aparecerán una serie de averías en una, o varias, partes de la nave y cada una de estas averías tienen un, llamemosle, valor de reparación. Tendremos entonces que enviar a nuestra tripulación a reparar estas estancias teniendo en cuenta de que cada tripulante solo podrá ir a un modulo durante el turno. Una vez en el destino la manera de resolver el turno es tan “sencillo” como tirar los dados. El valor de nuestra tirada determinará si nuestro astronauta a reparado la avería, igualando el o superando su “valor de reparación”, o necesitamos enviar a otro compañero a que termine de resolver el problema. Evidentemente la cosa se va complicando, cada dado que usemos en reparar el compartimento será un dado menos que dispondremos en nuestro próximo turno, cada tripulante cuenta con una habilidad única que nos será de ayuda durante el turno pero que también nos costará un dado y cada sala dispone de una serie de beneficios donde invertir también nuestros dados. Todos estos factores hacen que tengamos que plantearnos bien cada turno y hacer una buena gestión de nuestras tiradas. Al final se resuelve el turno y las averías que no hayamos conseguido arreglar nos pasarán factura tanto a la integridad de la nave como al nivel de vida de nuestros tripulantes.
Como veis la propuesta de Tharsis es bastante original y bastante sencilla de aprender, aunque desde la primera tirada ya nos daremos cuenta de que precisamente de “sencillo” el juego no tiene nada. La cosa se complica desde el minuto uno y tendremos que afrontar, además de las reparaciones de nuestra nave, la gestión de personajes, uso de habilidades, administración de dados, investigación de potenciadores… y no será hasta que hayamos jugado, y muerto, varias partidas cuando empezaremos a ver que todas las decisiones que vayamos tomando van a desembocar en que pongamos un pie en Marte o que ni siquiera sobrevivamos a la 2 semana.
Y aunque Tharsis engancha, y mucho, durante las primeras partidas no tardaremos en darnos cuenta que el juego es bastante cruel con nosotros ya que se deja mucho peso, quizás demasiado, al azar. Por ejemplo a mi me han llegado a aparecer averías, en plural, con índice de reparación de 28 en el primer turno, dando ya casi por perdida esa partida desde el inicio. Este tipo de aleatoriedad descontrolada, si ya sé que es una contradicción, lo que provoca es que se den situaciones excesivamente, y vamos a ser generosos, complicadas incluso en el niveles de dificultad bajos o que incluso en el último turno aparezcan unas condiciones que sean por completo “imposibles” de superar. Esto afea bastante un propuesta jugable que por otra parte, y como decimos, es muy entretenida.
En el apartado artístico el juego se muestra en exceso sencillo. Estamos ante un port de un juego que salió en PC hace más de 4 años y, si ya entonces tenía un acabado bastante justo, en la actualidad se nota demasiado desfasado. Dicho esto es justo decir que el juego tampoco pide más que un diseño de la nave, e interiores, que nos permita diferenciar las estancias y una interfaz, que aunque espartana, nos deje más o menos claro que pasa en cada momento. De la banda sonora poco más que decir que pasa desapercibida durante toda la partida y que los efectos se antojan justos, algún pitido y el típico caer de los dados. El juego cuenta con diálogos en Ingles pero llega traducido completamente al castellano lo cual es de agradecer.
Tharsis es uno de esos juegos con un planteamiento distinto, interesante y con la complejidad necesaria para invitar al jugador a echarle todas las horas del mundo en pos de llevar a su tripulación sana y salva a Marte, el problema es que cuanto más juegas más te das cuenta de que hagas lo que hagas al final es el azar, y no tus decisiones, lo que va a determinar el éxito o fracaso de tu misión y eso es un punto negativo que lastra el juego y las partidas en algo frustrante la mayoría de ocasiones. Pero incluso con este punto negativo una vez cogido el ritmo y teniendo paciencia con lo “caprichosos” que pueden llegar a ser los turnos hay que decir que la satisfacción de cumplir con la misión es algo que no se puede describir con palabras.
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