Análisis Switch: The Mummy: Demastered.
7 noviembre, 2017
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Hace unos meses los estudios Universal trajerón a nuestras salas de cine una reinvención del clásico The Mummy (La Momia) de 1932 firmada por el genio Karlof que acuño una cinta digna de entrar en ese pequeña lista de mejores películas de la historia. A sabiendas de que hacer otra obra maestra como la de los años 30 era algo prácticamente imposible, los directivos del estudio decidieron tirar por reiniciar la historia convirtiendo la franquicia en una película de aventuras llena de efectos especiales y grandes nombres que arrancaría una serie de filmes con la intención de hacer una especie de universo compartido con todos los míticos monstruos de las películas de la Universal.
Al parecer la película fue un despropósito tal que el leñazo que se dio fue monumental. Y esto no es porque yo lo diga sino porque los datos (IMBD 5.5 y Rotten Tomatoes 13%) así lo atestiguan. Tal ha sido el varapalo, a nivel de crítica y recaudación, que la idea del universo compartido se ha parado por no decir esfumado, gracias a dios. Pero mira tú por dónde gracias a este desastroso proyecto cinematográfico, y al mercado transmedia que pensaban desarrollar los estudios Universal, los amantes de los videojuegos nos hemos topado con un producto que ha sido una grata sorpresa.
El argumento de “The Mummy Demastered” está pensado para complementar al de la película. Tomaremos el control de uno de los soldados de Prodigium, una sociedad consagrada a proteger a la humanidad de todo tipo de monstruos. Con el tendremos que recorrer el extenso mapeado tras la pista de Ahmanet para poder darle caza y acabar con el peligro. No hay giros de guión, ni escenas que hagan referencia a los hechos del film o situaciones que puedan suponer una revelación añadida a la trama de la película. El único nexo en común con ella, además de la momia, será el profesor Henry Jekill que nos ira guiando a través de las distintas zonas mediante mensajes de radio al más puro estilo “Metal Gear”.
Así pues durante nuestra incansable persecución de Ahmanet recorreremos Londres, bueno intuimos que es Londres pues la mayoría serán niveles subterráneos o frondosos bosques, en un extenso mapeado muy al estilo de “Metroid”. Y es que The Mummy bebe sin pudor de grandes clásicos de los videojuegos como “Metroid”, “Castlevania” o “Contra” a la hora de plantearnos su esquema jugable. Por un lado tenemos el extenso mapeado lleno de zonas a explorar y donde nos dejaremos alguna que otra por descubrir para tener que volver una vez tengamos la mejora que nos permita salvar el obstáculo que nos impide su acceso. Este laberintico mapeado estará plagado, además de enemigos, de plataformas en las que el salto esta medido al “pixel” y que pondrán en bastantes ocasiones a prueba nuestros nervios.
Por otro lado tenemos su sencilla y endiablada jugabilidad. Cruceta de 8 direcciones, un botón para el salto, otro para el disparo y uno más para el cambio de armas. Con este sencillo esquema de botones Wayforwad ha dado forma a un arcade realmente sobresaliente. Avanzar por las zonas eliminando la multitud de enemigos que nos salen al paso mientras evitamos ataques, saltamos plataformas endiabladas o huimos pues nos hemos quedado sin munición es una verdadera delicia y se nota el cariño que el equipo de desarrollo se ha tomado a la hora de plantear y diseñar los niveles.
Mientras avanzamos iremos encontrando diversos objetos que nos ayudarán en nuestra búsqueda. Estos coleccionables estarán presentes en forma de pergaminos que darán nuevas habilidades a nuestro personaje o el arsenal de armas que facilitarán nuestra tarea a la hora de limpiar una zona de monstruos. Además de estos también hay diseminados por el mapa 50 reliquias que supondrán un reto para todos aquellos completistas que deseen explorar para recolectarlas todas. La curva de dificultad esta medida al milímetro y en ningún momento nos enfrentaremos a ningún enemigo que nos de la impresión de ser un desafio excesivo. Un apunte muy original es que si durante nuestra partida morimos nuestro cuerpo se convertirá en un zombi y tomaremos el control de otro soldado distinto y para recuperar todos nuestras armas y habilidades tendremos que dirigirnos a la zona donde acabaron con nosotros y matar a ese engendro para poder reclamar ese equipo, como podréis ver es algo muy “Souls” y que da un toque diferente al juego.
En el apartado audiovisual este “The Mummy Demastered” tiene un delicioso acabado “pixel art” que apunta sin temor a la línea de flotación de nuestra nostalgia. Escenarios variados bien acabados y con varias capas de profundidad junto con los grandes sprites de los personajes excelentemente animados son la tónica general durante todo el juego, aunque echamos de menos más variedad y originalidad en los enemigos ya que no se sale del manido “murciélago”, “cuervo” o ”zombi”. Teniendo en cuenta la franquicia y el género se podría haber tirado de enciclopedia y aumentar la variedad dentro de las filas enemigas pues ya que en el tramo final del juego tanta repetición de enemigos llega a cansar. Gracias a dios esto no se puede decir de los bosses que nos encontraremos entre zona y zona. Gigantes, detallados, grandiosamente animados y con patrones de ataques muy variados entre sí, Wayforwad derrocha originalidad en estos “jefes fin de fase” y luchar contra ellos es una completa gozada. Todo ello rinde fabulosamente bien aunque hemos apreciado caídas alarmantes de “framerate” en los momentos de mayor carga en pantalla. En la banda sonora Gavin Allen firma un excelente trabajo con unas melodías pegadizas que acompañan perfectamente con el tono del juego. Los efectos de sonidos están a la altura del resto de apartados del juego, variados y solventes.
Estamos ante un juego que sabe aprovechar sus cartas y es consciente de sus limitaciones. Mezcla exploración, plataformas y acción de excelente manera y “no le duelen prendas” en homenajear los juegos de los que toma inspiración. “The Mummy Demastered” no será el GOTY de este año pero si es un gran juego que os asegurará diversión durante las 8 horas que os puede llegar a durar.
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