Análisis de Pikmin 4
11 agosto, 2023Hubo una época, no os voy a mentir, en la que temí que nunca más fuéramos a ver un juego de Pikmin. Fue allá por el 2013, cuando el maravilloso Pikmin 3 salió en ese consolón fracasado que fue WiiU. Ver a una saga tan querida para mi lanzar su entrega más completa y divertida hasta el momento en una consola que ya entonces olía a cuco me dio horas de diversión pero bastante malas vibraciones. Tanto fue así que hemos tardado diez años, diez, en ver una nueva entrega de los simpáticos tubérculos. Pero mira, estos 10 años, ports mediante, han merecido la pena. Y es que estamos, sin lugar a dudas, ante la mejor entrega de la saga.
Seguro que también te interesa nuestra review de Disney Illusion Island
Suscríbete a nuestro canal de Youtube
Pikmin 4 es, al igual que los tres anteriores, un juego de estrategia en tiempo real en el que debemos usar nuestras tropas de pikmin con sus diferentes atributos para abrirnos paso a través de distintos escenarios en busca de elementos valiosos y/o partes de nuestra nave estrellada mientras nos enfrentamos a una fauna tan adorable como amenazadora. Y sobre estos cimientos, Pikmin 4 toma ideas y mecánicas de las anteriores entregas, las mezcla y añade unos cuantos ingredientes nuevos para construir una experiencia aún más satisfactoria.
La novedad principal, la primera que nos encontramos, y la que sin duda es el añadido más acertado y que más hemos disfrutado, es Ochin. Ochin es este perrete que aparece en la portada. Ochin es nuestro mejor amigo. Ochin nos lleva en su lomo, transporta pikmin, nada, arrastra objetos, lucha… Sólo he conocido a Ochin durante unas cuantas horas, pero si algo malo le pasara os mataría a todos y luego me suicidaría. Ochin, te quiero. Más allá del amor que en esta casa le profesamos a los perritos, hay que decir que una vez probado este Pikmin 4 con la ayuda de Ochin, se hace especialmente duro volver a cualquier entrega anterior, sobre todo en las secciones de backtracking, que gracias a nuestro cánido amigo se hacen mucho más agradables.
El resto de novedades, como ya podréis imaginar, es la adición de nuevos pikmin y la inclusión, después de su ausencia en la tercera entrega, de las cuevas. Las cuevas eran, sin lugar a dudas, uno de los aspectos más recordados de Pikmin 2 y aquí vuelven con diseños más intrincados y muchos jefes finales. Pero no sólo eso. Porque a todos los pikmin de anteriores juegos, se unen aquí los pikmin de hielo, que pueden congelar partes de agua y a enemigos, los pikmin alados, que son todo un valuarte a la hora de transportar objetos de vuelta a las cebollas, y la adición más interesante, los pikmin luminosos.
¿Recordáis como en anteriores entregas, al caer la noche había que irse a plancharla? Pues con los pikmin luminosos, los niveles nocturnos son una realidad. Se llaman expediciones y pese a su nombre, funcionan más como un tower defense que como una expedición real. No es lo que más me hubiese gustado, pero es una buena base para construir mecánicas de cara a una quinta parte, y además dan un pequeño giro de variedad al juego.
El resto de niveles convencionales son lo que podemos esperar de Pikmin, pero mejor. Más grandes, más verticales, más intrincados y con muchas más capas de las que puede parecer en un principio. Vuelve a ser imprescindible tener claro las fortalezas y debilidades de casa tipo, y entender cuando dividir tus fuerzas y cuando ir todos a una. No es ni de lejos un juego desafiante, pero como viene siendo costumbre, Pikmin guarda sus mejores cartas tras el endgame y sus desafíos dandori.
Dandori, el concepto, es básicamente la capacidad de diseñar una estrategia óptima para ejecutar planes. Es decir, saber gestionar nuestros pikmin. Y los desafíos ponen a prueba, y de qué manera, nuestro dandori. Dándonos un número y tipos fijo de pikmin y encomendando misiones de dificultad creciente, esta sección hará las delicias de aquellos que no ven motivación en la campaña principal y quieren sudar la gota gorda para llegar al final de la misión.
Los apartados técnicos también están a la altura de lo que se espera de un first de Nintendo, claro. El juego se mueve a 30fps siempre estables, con modelados y texturas más que correctas, aunque como ya podéis ver en las capturas, Pikmin 4 es un juego que se apoya mucho más en su excelente apartado artístico que en su potencia gráfica.
Pikmin 4 tiene, para qué negarlo, todas las virtudes que podemos pedirle a un exclusivo de Nintendo. Tiene un aspecto agradable y placentero. Un diseño de mecánicas pulido, super accesible y con una dificultas muy bien medida para asegurarse de que nadie ve su progreso interrumpido. Y finalmente un buen puñado de niveles más complejos para aquel que quiera exprimirlo al máximo. No en vano, es el Pikmin más largo, ya que nos tomará al rededor de 20 horas reventarnos la campaña principal, y sólo Miyamoto sabe a cuánto asciende el contador de horas y nos ponemos completistas.
Y claro, desde esta santa casa, sólo podemos recomendarlo y sentarnos a esperar Pikmin 5. A ver si no pasan otros 10 años.
- Análisis de Sand Land - 29 mayo, 2024
- Análisis de Stellar Blade - 11 mayo, 2024
- Análisis de Princess Peach: Showtime! - 28 abril, 2024