Una sorprendente experiencia de puzles y narrativa que te hará dudar de lo que tus ojos creen ver.
En estos tiempos en los que vivimos bajo la dictadura de Mr. Wonderful y similares, es casi obligatorio comulgar con conceptos del tipo «si te lo propones, lo puedes todo», «tienes que aspirar a ser tu mejor versión» (arrrghhh, odio ésta por encima de todo), y «todo cambia si cambias la perspectiva con que lo miras». Pues bien, desde el estudio escocés Sad Owl Studio se han empeñado en dotar de un significado más que literal a este último mantra, y el resultado es Viewfinder: una cautivadora experiencia de puzles basados en la perspectiva que promete volarte la cabeza, y en la que, además, contamos con la compañía de un amable gatete que hará las veces de nuestro guía a lo largo de la aventura. ¿Qué puede salir mal?
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Pues poca cosa, ya te lo adelanto. El juego es una auténtica gozada, y la única pega que considero digna de mención nos la vamos a quitar de encima ya: el rendimiento en Switch 2 no es todo lo bueno que podría ser. El juego rinde a unos 30 fps nominales, que ni siquiera se mantienen estables, lo que, tratándose de una aventura en primera persona, resulta en mareo y una pasajera sensación de incomodidad visual hasta que nos acostumbramos en cada sesión de juego. Hala, ya está. Todo lo demás de Viewfinder es bueno, pero bueno, bueno, da igual el ángulo desde el que lo mires (guiño, guiño).
En Viewfinder asumimos el papel de una científica que se embarca en una investigación para recuperar una críptica tecnología con la capacidad aparente de revertir la desastrosa situación climática a la que ha llegado el mundo. Esto no lo descubriremos al inicio, ya que arrancaremos in media res y tardaremos un poco en despejar la niebla de confusión en la que, muy conscientemente, los desarrolladores nos han querido sumergir en los primeros compases del juego. No entraremos en más detalles para no provocar spoilers. Vosotros ponéos a los mandos sin prisa, sin agobios, y disfrutad del hecho de encontraros de repente en medio de un onírico mundo de islas flotantes aparentemente desconectadas entre sí, donde a medida que vayamos explorando los escenarios, nos daremos cuenta de que nada es lo que parece y a través de los cuales nos moveremos gracias a una extraña habilidad que parecemos tener. Con ayuda de unas fotografías que iremos encontrando por los distintos lugares que visitemos, si las ubicamos delante de nuestros ojos en la ubicación correcta y con la orientación y perspectiva adecuada, tendremos el poder de alterar el entorno, de forma que la escena que aparecía en la foto quedará desplegada delante de nosotros en tres dimensiones, pasando a fundirse, o más bien podríamos decir a sobreescribir, la realidad tridimensional en la que nos encontramos. Una fumada de campeonato, lo sé. Pero creedme, esto no va a quedarse aquí.
Los amigos escoceses demuestran una capacidad creativa notable en cada nivel que vamos superando, y van profundizando en el concepto de jugar con la perspectiva y de modificación del escenario de una forma que no deja de sorprender a cada nueva vuelta de tuerca. No podemos describir nada sin incurrir en un grave riesgo de estropear la experiencia, por lo que, de nuevo, os tendréis que fiar de nosotros: no hay otra que probarlo.
El tema técnico gráfico ya lo hemos comentado anteriormente, por lo que no insistiremos. Lo que sí vamos a destacar la belleza de los entornos y el colorido y la familiaridad que rebosan los escenarios, repletos de pequeños detalles, que los hacen sentirse como lugares en los que realmente otrora habitaron personas de carne y hueso, de cuyas historias personales y familiares nos iremos empapando a medida que avancemos en la aventura a golpe de resolución de puzles ambientales.
La banda sonora del juego es una auténtica gozada, repleta de temas de inspiración lo-fi que acompañan los momentos de exploración, de lectura de notas, las escuchas de grabaciones que encontremos, y por supuestos, las miles de vueltas que vamos a dar por cada uno de los escenarios devanándonos los sesos para encontrar la solución al puzle que nos ocupe. Y también se presta para que la saquemos del juego y nos acompañe en otros momentos del día, mientras intentamos resolver los puzles, mucho menos divertidos, de nuestra vida real, porque tenemos la BSO disponible en Spotify, Bandcamp y otras plataformas. Id a por ella, que es una maravilla.
Viewfinder es una de esas pequeñas joyas que a poco que te despistes puede pasar desapercibida, pero a la que sin duda vale la pena dar la oportunidad de sorprendernos y hacernos sentir parte de una experiencia mágica. Sirvan estas líneas como un intento de que no se te pase por alto este título: realmente es un producto muy especial, que cuenta una historia entrañable, poblada de personajes a los que nunca vemos pero cuya calidez podemos prácticamente sentir, y que cabalga a lomos de una jugabilidad basada en la resolución de puzles que resulta totalmente adictiva. No vas a poder resolver solo uno cada vez que te pongas a los mandos, te lo aseguramos.
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Viewfinder
24,99€
A Favor
- Las mecánicas basadas en la perspectiva no dejan de hacerse más y más profundas a medida que avanzamos.
- El tono narrativo melancólico y a la vez cálido resulta muy inmersivo.
- ¡Se puede acariciar al gato!
En Contra
- Rendimiento cuestionable en una Switch 2.
- El control, pensado para teclado, resulta ligeramente incómodo usando un mando.
