Mandragora: Whispers of the Witch Tree. Análisis

Mandragora: Whispers of the Witch Tree. Análisis

17 abril, 2025 0 Por Jorge Cuadri

Combate estilo souls y exploración tipo metroidvania en un título pulido y con un acabado técnico de primera. No se puede pedir más.

Pues ya estaría hecha la reseña, ¿no? ¿O tengo que pasar a desgranarte todas y cada una de las virtudes de este juegazo? ¿Dices que a eso es a lo que has venido? Pues venga, no te vamos a dejar así con las ganas, vamos a ello.

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En la entradilla de esta reseña he usado dos palabras que son mi kriptonita particular: souls y metroidvania. Es ver sólo una de ellas en la descripción de cualquier juego, y mi atención se ve irremediablemente atrapada. Imaginaos qué ocurre cuando son las dos las que hacen acto de presencia. Estoy perdido. Y no estoy solo en esta condición: sé que muchos de vosotros compartís mi trastorno. Y por eso estáis aquí. Y no es para menos: nos encontramos ante un título que consigue aunar de una forma sobresaliente ambos mundos. No es la primera propuesta que lo intenta, pero en mi opinión los húngaros Primal Game Studio son los que más alto han llegado en la ejecución de esta idea, cabalgando claro está a hombros de gigantes como Salt and Sanctuary y Tails of Iron, entre otros.

Porque, por si no ha quedado claro hasta ahora, Mandragora: Whispers of the Witch Tree es un RPG de acción de desplazamiento lateral con gráficos 2.5D con mecánicas de exploración basadas en el backtracking. En la primera vertiente destacan su combate desafiante y táctico, y la amplia variedad de estilos del mismo que ofrece. En la segunda, unos intrincados niveles fuertemente interconectados harán las delicias de los aficionados a recorrer hormigueros, usando el simil del maestro Adrián Suárez.

Mandragora

Ya desde el mismo arranque el juego nos atrapa con una propuesta gráfica de gran calidad. Unas cinemáticas con ilustraciones estáticas con estilo de acuarela nos introducen en lo que promete ser un rico universo de fantasía medieval oscura. Y pasando al propio juego, el nivel se mantiene, si no aumenta: decir que los escenarios son 2.5D se nos queda un poco corto. Tenemos tal cantidad de detalle en cada pantalla, con unos fondos llenos de movimiento, profundidad y vida que podríamos decir que esto es algo así como 2.9D. Porque además, los niveles se interconectan no sólo a través de los extremos laterales de la pantalla, sino también a través de puertas y aberturas hacia y desde el interior de la misma, incrementando aún más esa sensación de tridimensionalidad. Nos iremos cruzando con animales que huyen despavoridos hacia dentro en la pantalla, con personajes que charlan tranquilamente en un plano posterior o anterior al nuestro, y podremos quedarnos a escuchar sus conversaciones o ignorarlos y seguir adelante. El mundo de Mandragora está vivo, y nosotros podremos respirar y sentir su ambiente, mientras los enemigos nos dejen.

En Mandragora tomamos el control de un personaje que de entrada podemos configurar a nuestro gusto, tanto a nivel estético como en cuanto a su clase de partida. Tenemos un editor de personaje bastante completo en el que podremos configurar el físico de nuestro héroe o heroína, así como elegir su clase inicial de entre las seis que se ofrecen. Esta elección va a condicionar las primeras horas de juego, como suele ser habitual en los souls, pero a medida que vayamos ganando experiencia podremos ir matizando al personaje o incluso pivotar hacia otras clases. Para ello tenemos un árbol de habilidades enorme y completo, organizado en forma de ramas que desbloquean otras partes del árbol de forma secuencial. Esto nos obliga a ser estratégicos respecto a qué ramas y sectores del árbol queremos elegir para tener acceso a las habilidades que queramos conquistar en última instancia.

Mandragora

A nivel jugable Mandragora destaca en todas sus facetas. El combate es, como ya hemos dicho, tipo souls, implementado de una forma destacable. La dinámica de la estamina, los ataques y las esquivas está muy equilibrada y resulta muy natural, resultando en un control del personaje satisfactorio y fluido. Una enorme variedad de armas, armaduras, objetos mágicos, consumibles y demás baratijas hacen que la flexibilidad a la hora de elegir nuestro estilo de juego sea uno de los puntos fuertes de esta propuesta. Los movimientos tienen peso e inercia, pero conservando una agilidad que se echaba de menos en otros productos similares anteriores a este. Tanto el combate como el plataformeo alcanzan un gran nivel de calidad debido, entre otras cosas, a este refinadísimo control del personaje, que hará las delicias tanto de los ultras de Miyazaki como de la legión de seguidores del caballero hueco, de Ori o de Samus Aran.

Mandragora

En el apartado técnico, Mandragora no baja el nivel un ápice. Los gráficos son coloridos, detallados y tienen una suavidad que llama la atención. Los escenarios pueden estar recargados hasta un punto casi realista, y a la vez resultar agradables y relajantes para la vista. Como ya hemos comentado, los escenarios rebosan vida y tridimensionalidad, sin perder naturalidad alguna. Mención especial merecen los NPCs que pueblan el mundo de Mandragora, todos carismáticos y llenos de personalidad. A lo largo de la aventura iremos interactuando con diversas personas a través de un sistema de diálogos estilo JRPG, con los habituales primeros planos del personaje que habla y los cuadros de texto con lo que nos está diciendo (perfectamente locutado en inglés, además, en un gran trabajo de doblaje), pero en este caso con la particularidad de que el primer plano se ha dotado de una profundidad y tridimensionalidad que lleva las actuaciones faciales a un nivel superior. Es una gozada pararse a observar los gestos que hacen los personajes con sus caras mientras nos hablan, expresando sus emociones de una forma magistral, y además sincronizado por la gesticulación del personaje completo que veremos en el fondo mientras hablamos con él.

El plano sonoro juega un papel muy importante también en la ambientación del juego, con una banda sonora original compuesta por Christos Antoniou, que nos recuerda a atmósferas inmersivas a caballo entre la melancolía y epicidad como las de Diablo o Blasphemous, entre otros. Los efectos sonoros también acompañan bien al gameplay, contribuyendo a la sensación de realismo y peso de las armas, los impactos y los hechizos.

En resumen, que Mandragora: Whispers of the Witch Tree es un señor juegazo. Si te atraen los títulos con combates de dificultad elevada, en los que vamos a morir mucho y bien, pero que siempre te mantienen con una sensación de justicia bien medida, y además eres fan de la exploración basada en el backtracking y en ir desbloqueando habilidades para acceder a nuevas zonas del mapa, no te lo pienses y sumérgete en esta colorida experiencia que te va a dar muchas horas de diversión.

Jorge Cuadri
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Mandragora: Whispers of the Witch Tree

39,99€
9.1

Historia

8.5/10

Jugabilidad

9.5/10

Diseño Artístico

9.5/10

Diseño de Sonido

9.0/10

A Favor

  • Jugabilidad pulidísima y progreso satisfactorio
  • Estilo artístico carismático y con mucha personalidad
  • Rendimiento excelente
  • ¡Se pueden acariciar gatos!

En Contra

  • Traducción al español bastante deficiente (¿IA mediante?)
  • Algunas animaciones resultan ligeramente bruscas
  • En algunas transiciones entre escenas se hubiera agradecido un poco de fade