Análisis Call of Duty Modern Warfare (2019)
18 noviembre, 2019PS4
Para mucha gente, entre los que yo me incluyo, un remake, remaster, whatever, es la excusa perfecta para volver a jugar a ese juego al que un día le invertiste cientos de horas y que por obra del destino, y de una compañía, puedes volver a zambullirte. Para otro grupo de jugadores un remake debería de ser otra cosa, algo más. Si estuviera aquí mi compañero Impozible es muy posible que dijera que esto sí que es un claro ejemplo de lo que para él sería un remake. Porque para mucha gente el verdadero, y único, sentido de un remake es el de poder usar las técnicas actuales para contar, volver a contar, una historia de manera que antes, debido a esas limitaciones técnicas, no era ni siquiera imaginable. Por que contar lo mismo solo que con gráficos “más bonicos” es como intentar asumir que el juego salió cuando no debía. No creáis que os habéis equivocado de análisis, ya sé que el nuevo juego de Activision es un reboot, pero según este ultimo planteamiento, el de contar los mismo pero de diferente forma ¿no es en esencia lo que debería ser un remake?. Esto es lo que Infinity Ward ha tenido los huevazos, con todos mis respetos, de hacer. Un reboot disfrazado de remake, o un remake con los ropajes de un reboot, que detona los cimientos de una saga a la que muchos jugadores tenían en un altar para construir algo nuevo, algo distinto, algo que hace 12 años era imposible de contar, por técnica, por experiencia narrativa. En definitiva, aprovechar toda la potencia, medios y técnicas actuales para transmitir el mismo mensaje del original; el de que el miedo, el horror, no entiende de fronteras y la guerra tampoco.
Y mentiría si ahora dijera que “no arrugué el morro” cuando me entere de la noticia que Infinity Ward, con el amparo de la todo poderosa Activision, planeaba “rebootear” una trilogía que dentro de la saga “Call of Duty” que no solo me dió cientos de horas de juego online, si no que traía una historia con un argumento sólido, novedoso para su momento y que desprendía epicidad por los cuatro costados de la caja de PS3, o Xbox. Pero como se suele decir “Infinity Ward we trust” y las dudas, y los temores porque no decirlo, desaparecen en los primeros minutos de la campaña principal, porque como ya todo el mundo sabe, el modo campaña vuelve a CoD con más fuerza que nunca.
Voy a dejar claro que esto es CoD y que sus tramas, pese a su epicidad, son muy sencillas: Malos, normalmente terroristas, hacen lo suyo y nosotros, la fuerza del orden, hacemos lo nuestro, tiroteos, momentos heroicos, otros trágicos y desenlace. Pon todo esto en la época y contexto que quieras y ya tienes tu CoD. Pero dicho esto también voy a dejar meridianamente claro que la trama de este nuevísimo Modern Warfare es la que mejor hasta el momento, no solo de la subsaga y resto de Call of Duty, también de la mayoría de shooter bélicos hasta la fecha. Esto no lo digo por la originalidad de su planteamiento, ya ha quedado claro el esquema usado siempre, es la mejor por el tratamiento que Infinity Ward ha dado a todos y cada uno de los personajes principales. Price, Alex, Farah, Hadir, Gaz, Barkov…todo ellos están perfectamente perfilados y tratados. No solo conoceremos sus personalidades en las cinemáticas, además a lo largo de la campaña los distintos personajes irán hablando con nosotros, o entre ellos, aportando pequeñas aristas a su carácter, generando de este modo personajes totalmente tridimensionales. Este tratamiento se nota especialmente con los hermanos Farah y Hadir, personajes de los que los guionistas se han ocupado con mucho mimo, dándoles brillo propio con unos flashback que aportarán un trasfondo mayor que al resto de personajes. Por supuesto, y como pasa en toda la saga, el argumento esconde siempre el mensaje político de rigor, las naciones libres no se rendirán, la justicia no conoce fronteras y si sois los malos os cazaremos donde quiera que estéis. Pero se me hace raro como en un mundo, el de los videojuegos, que por un lado quiere ser tratado como un “adulto” y quiere demostrar ser algo más que mero entretenimiento “para niños” por otro aun tiene la piel demasiado fina y anda preocupándose de inventarse nombres de países como Urzikstan. Si eres lo suficientemente adulto para querer contar en primera persona un atentado terrorista con toda su crudeza en pleno Picadilly Circus, deberías de ser igual de valiente para llamar por su nombre al grupo terrorista que hizo lo propio en la plaza Tavistok o en Boroug Market en la vida real y no andar inventándote nuevas facciones como Al-Qatala.
Pero donde realmente se nota un cambio de rumbo en la saga es en su jugabilidad. Evidentemente hay tiroteos, pero estos se ahora se han de afrontar de manera totalmente diferente. Ya no vale ir recto e ir disparando a lo loco, a ver, lo puedes hacer pero morirás constantemente y no disfrutarás nada del juego, ni offline ni online. Las misiones se plantean ahora de forma mucho más pausadas, más tácticas por decirlo de algún modo. El uso de las coberturas se vuelve en este juego indispensable y se estrena en la saga CoD el uso de la denominada “Apoyar el arma”, es decir, asomar ligeramente el arma lo justo para apuntar y volver a esconderse. Y atentos ha los que os digo, este simple movimiento marca la diferencia con el resto de juegos de la saga de Activision. Su uso hace que nos plantemos muy bien nuestro siguiente paso, y no debemos embelesarnos porque la inteligencia artificial de nuestros enemigos no es que sea una locura pero si es la justa para aprovechar cualquier despiste para flanquearnos y atacarnos mortalmente mientras estamos asomados por una esquina intentando abatir a un francotirador. También se han introducido una serie de misiones de infiltración táctica que se llevan a cabo por la noche. Asaltar edificios, con las gafas de visión nocturna, en silencio, abriéndonos paso habitación a habitación, planta por planta acabando con los sospechosos y llevando cuidado de no matar civiles inocentes han sido, para un servidor, todo un acierto y lo mejor del juego. Otra gran introducción es la variedad de armas y el realismo de las mismas. Y hago hincapié en lo de “realismo” porque todas y cada una de ellas son únicas en peso comportamiento e incluso en caída de bala. Pero no os preocupéis pues también hay momentos al más puro estilo Call of Duty 100% original. Grandes tiroteos, donde las balas silban por el aire, el apoyo aereo hace llover fuego y se da rienda suelta a la adrenalina también están presentes aquí, en menor medida pero con mayor espectacularidad.
Pero seamos sinceros, muy poca gente se compra un CoD por su modo campaña, se lo compra por su vertiente online. Y en ese aspecto este Modern Warfare es más CoD que ninguno. La nueva jugabilidad, más táctica y pausada, da una capa de barniz a los clásicos modos Duelo por Equipos, Dominio o el siempre magnifico Buscar y Destruir, en este CoD son iguales pero algo distintos. Pero vamos a resaltar las nuevas partidas que se unen al plantel. Duelos a muerte en equipos 2 vs 2 en mapas diminutos, con armas que irán variando según las rondas, la tensión y la diversión están servidas en el modo Tiroteo. Por otro lado tenemos batallas espectaculares de 32 vs 32 en mapas enormes donde usaremos todo lo que esté en nuestra mano, vehículos incluidos, para ir tomando posiciones y ganar esta Guerra Terrestre. También tenemos las Operaciones Especiales, misiones para jugar en modo cooperativo junto con nuestros amigos. Como es normal en la saga todos estos modos vienen con su buena dosis de desbloqueadles y recompensas para personalizar como queramos a nuestro soldado.
Y todo este espectáculo es gracias al nuevo motor gráfico que estrena el juego y que ya venía haciendo falta. Un nuevo engine que nos muestra unos personajes con una calidad foto realista y unos entornos que, por momentos, se pueden confundir con la realidad. Partículas, iluminación, humo, trazado de rayos, el uso de fotogrametría para la integración de objetos en escenarios… todo funcionando para dar el acabado más realista jamás visto en la saga de Activision y por si fuera poco rindiendo a un nivel absolutamente increíble, sin rascones y a una tasa de frames siempre estables. Bravo por Infinity Ward. En la parte sonora estamos ante un trabajo que roza la excelencia. Los disparos, las explosiones, el sonido de las armas, los gritos….el sonido de la guerra, aquí todo es realista a un nivel casi enfermizo. Este es un juego que debe, no, que tiene que ser jugado con cascos para una inmersión total. En la partitura encontramos a Sarah Schachner. Es posible que este nombre no os diga nada pero está detrás de la música de juegos como Anthem, varias entregas de Assasins Credd o Far Cry 3. Con este curriculum ya os podéis imaginar que el nivel de las composiciones esta a la altura de lo que se ve en pantalla.
Tras 1548 palabras de texto llega la hora de que os de unas conclusiones de Modern Warfare, un resumen que os termine de convencer para comprar el titulo, pero a estas alturas y con todo lo que he expuesto no considero necesario tener que daros ese empujón. Infinity Ward ha logrado con este reboot crear el mejor Call of Duty de toda la saga. Un juego sobresaliente en todos sus apartados, con una historia que te atrapara y un multijugador capaz de sepultarte en contenido. Sin duda alguna el shooter del año.
Imágenes del articulo cedidas por Activision, a través de presskits. Los logotipos y marcas que aparecen en ellas son propiedad de sus respectivos dueños y son utilizadas aquí únicamente con fines ilustrativos
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