Zenith, Action rpg a la española

4 noviembre, 2016 2 Por furgonetero
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Hoy me tendréis que perdonar pues voy a empezar con una opinion personal, y por lo cual totalmente subjetiva y basada en mis sensaciones como jugón, y es que en estos 11 meses que llevamos de 2016 solo un puñado de juegos han hecho que me levante del sillón con las emociones a flor de piel. Han sido juegos tan dispares como Uncharted que han redefinido el adjetivo “cinematográfico” en el mundo del videojuego o Alien Isolatión que ha conseguido plasmar como ningún otro la tensión y el miedo u otros de corte más intimo como Titan Souls que con su endiablada dificultad me hacía saltar de alegría con cada victoria. A esa pequeña lista de juegos tenemos que añadir Zenith, una pequeña joya desarrollada por el estudio español Infinigon y que Badland Games, otra empresa española, se ha encargado de distribuir con lo cual nos encontramos con un producto 100% patrio.

Y ya que estamos siendo sinceros vamos a dejar claro que el juego no es perfecto, al contrario, adolece de fallos como la falta de un listado donde ver las misiones activas, tiene un gestor de inventario bastante mejorable, le falta un mapa con el que saber donde estamos  o caídas acusadas de frame (en su versión PS4) son algunos de ellos pero que aún así ninguno de ellos ensombrece, por extraño que pueda parecer, el producto final. Y es que Zenith aplasta, literalmente, estos problemas con toneladas de humor e ironía y una gran historia llena de grandes personajes.

Y es que lo que nos hará olvidar sus aparentes carencias y continuar enganchados al mando será su gran historia y no por lo que nos cuenta sino por como lo hace. Zenith hace gala de un gran sentido del humor, gamberro y sin ningún tipo de complejos,  veremos parodias de sagas tan queridas por los jugones como Final Fantasy y BioShock o criticas mordaces a clásicos como Zelda, sus diálogos están plagados con miles de referencias al mundo del videojuego, del cine y de la tv. . Infinigon ha poblado el reino de Fulgur con personajes tan carismáticos como hilarantes, todo ellos con una gran personalidad y gran dosis de humor y que tienen su mayor exponente en nuestro protagonista Argus Windell, un mago cansado ya de proteger el mundo y que solo piensa en vivir tranquilo y en paz…y si es posible borracho.

Zenith es consciente de cuáles son sus cartas y las juega muy bien… y de qué manera, la gran carga de humor y sarcasmo no está solo en los diálogos, los nombres de los diferentes ítem que encontramos, las descripciones de los lugares que visitamos o los nombres de nuestros atributos hacen gala de un sentido de un sentido del humor de lo mas gamberro así encontraremos lugares como la posada Forest Gumb, desbloquearemos nuestra “Velocidad Absurda” o  nos enfrentaremos a la voraces arañas tenores que al son de Pavarotti devoraran nuestros intestinos.

El otro gran aliciente para continuar con nuestra aventura es su magnifica jugabilidad y es que entre risa y risa el juego se preocupara de mantenernos muy ocupados atizando a las hordas de enemigos que nos aparecen en pantalla. Infinigon abraza sin complejos un sistema de combate “a lo Diablo”  pero que ha sabido llevar a su terreno dándole a su juego un refrescante sabor a “juego de la vieja escuela”. Con solo cuatro botones: ataque, magia principal , magia secundaria y rodar/esquivar, Zenith consigue un control sencillo y fácil de usar  y  que aunque parezca algo limitado en ningún momento llega a resultar repetitivo o dar sensación de hacer siempre lo mismo. Al contrario, los combates resultan altamente adictivos y divertidos, con una curva de dificultad muy bien ajustada. El juego sin resultar un paseo por el campo tendrá combates en los que nos veremos superados por las circunstancias y tendremos que retirarnos para recuperar salud y mana para superar el desafío.

Como todo buen RPG cuenta con un árbol de habilidades que iremos abriendo conforme vayamos ganando experiencia. Dividido en 3 ramas (Hielo, Fuego y Tierra) a medida que vayamos progresando iremos desbloqueando distintas cualidades que ayudaran a Argus en su aventura dando gran sensación de progreso y que conseguiremos completar sin necesidad de tener que dedicar horas y horas a grindear para adquirir una nueva habilidad, dotando al desarrollo del personaje de un gran ritmo. A esto tenemos que unirle una capa de personalización de nuestro héroe gracias a los distintos ítems que iremos encontrando por el camino y que mejoraran los distintos atributos de nuestro personaje, aumentando nuestra vida o nuestra afinidad con uno de los tres elementos del árbol de habilidades.

Gráficamente se nota la falta de recursos del juego, debido al modesto origen del juego. Los modelados de los personajes son más que aceptables pero cuentan con unas animaciones demasiado robóticas y echamos en falta más variedad en los enemigos y en sus rutinas de ataque. De la misma forma si bien los escenarios están lo suficientemente detallados siempre tenemos la sensación de que están demasiado vacios y, como ya hemos dicho, el juego adolece de caídas de frame rate en los momentos de mayor estrés gráfico. No debemos  de olvidar que estamos ante un Indie y hay que decir en honor de la verdad que el juego luce bastante bien y en todo momento da la sensación de aparentar más de lo que realmente es.

En el apartado sonoro cumple con unas melodías que acompañan al juego y refuerzan el carácter desenfadado del mismo, no desentonando en ningún momento. Algunas de ellas inspiradas en temas ya oídos en otros juegos. Los efectos y voces cumplen su cometido sin molestar demasiado, al hilo de esto hemos de comentar que las únicas voces que escucharemos en el juego serán los chascarrillos que ira soltando nuestro protagonista mientras reparte dolor entre los enemigos, apuntar que siendo tan pocas podrían haber venido dobladas al castellano pero hay que decir prácticamente pasaran desapercibidas.

Como conclusión tenemos que decir que estamos ante un juego tan honesto como divertido, Argus Windell y su loco mundo han conseguido que mantenernos con una sonrisa en la cara durante todo el juego y sus continuas payasadas y salidas de tono nos han arrancado sonoras carcajadas en numerosas ocasiones, su gran sentido del humor y su divertido planteamiento ha hecho que las 18 horas que nos ha llevado terminarlo hayan sido una de las experiencias más gratificantes  de este año.