Yooka-Laylee, amor a lo retro

17 abril, 2017 0 Por furgonetero
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Año bueno no, BUENÍSIMO para un género que nos encanta como son las plataformas, porque en los próximos meses vamos a tener Super Mario Odyssey, Wonder Boy: The Dragon’s Trap, y su sucesor espiritual (término de moda) Monster Boy and the Cursed Kingdom, el esperado Cuphead, la segunda expansión de Shovel Knight: Specter of Torment, dos juegos de Sonic, y la vuelta de Crash Bandicoot con esa N. Sane Trilogy, entre otros tantos. Pero lo que hoy nos atañe es el análisis sin ningún tipo de spoilers, de un título esperadísimo y que no sólo ha cumplido las expectativas si no que nos tiene enamorados. Hablamos de Yooka-Laylee, el videojuego financiado a través de Kickstarter y desarrollado en Playtonic Games por ex trabajadores de Rare, aquella empresa que hizo cosas maravillosas para Nintendo 64, de las que este juego bebe y mucho.

Pese a su origen indie y financiado, este título no es un proyecto pequeño, si no todo lo contrario, es un juego grande y ambicioso. Playtonic Games lo ha conseguido, y ha sido capaz de hacer un juego como los de antes, pero que resulte atractivo hoy. Yooka-Laylee es una divertida aventura con plataformas que se desarrolla en un mundo semiabierto, lleno de exploración, puzles y minijuegos. Y decimos lo de “semi”, porque pese a que podemos ir donde queramos y explorar con libertad, esta vendrá sesgada por la limitación de nuestras habilidad. Por cierto, si había dudas al respecto, el título del juego responde al nombre de los dos protagonistas, el camaleón Yooka y la murciélago Laylee, ambos con bastante carisma y encanto, todo sea dicho. ¡Son puro amor!

Nuestra misión será encontrar las páginas perdidas de un libro mágico a través de 5 mundos distribuidos en 5 tomos que se encuentran en “nuestro” mundo, o por decirlo de otra forma, en el mundo base o principal. En cada uno de los mundos debemos encontrar hasta 25 páginas para abrir nuevos mundos o ampliar aquellos a los que ya tengamos acceso, además de recoger las 200 plumas repartidas por todo el escenario que serán nuestra moneda para comerciar con la serpiente Trowzer, quién nos ayudará a aprender nuevas habilidades con las que poder progresar por el mundo y obtener todas las hojas del libro y a su vez un mayor número de plumas. Al principio sólo podremos saltar, cazar mariposas con la lengua para recuperar vida o energía, y poco más, pero no tardaremos en obtener el poder de golpear con la cola para acabar con nuestros enemigos, de rodar para poder subir zonas inclinadas o resbaladizas, o el de poder absorber ciertos elementos como frutos, que podremos escupir a modo de proyectiles bien para golpear o para activar botones. Pero hay mucho más que aprender, como el planeo, un mayor salto, o el sonar para detectar elementos invisibles. En este sentido el juego es muy “metroidvania”, ya que vamos a tener que ir y volver constantemente a zonas por las que antes no podíamos pasar, pero ahora gracias a nuestros poderes si. Conforme avancemos en el juego también podremos tener acceso a los tónicos, que nos darán poderes especiales como ampliar nuestra salud o energía. Dentro de estos mundos también encontraremos divertidos minijuegos como una carrera o una competición de tiro, que si superamos seremos premiados con otra hoja del libro mágico.

Uno de los aspectos que más nos ha gustado es que no hay interfaz en pantalla, ni mini mapa, sólo el escenario para explorar libremente, unos cuantos enemigos, Yooka y Laylee. No sabes por dónde hay que ir, por lo que la exploración juega un papel vital, pero no os preocupéis que resulta divertido ya que no nos vamos a encontrar demasiadas trabas plataformeras, ni complejas secciones de salto, ni enfrentamientos exigentes, este juego no va de eso. El juego consiste en descubrir a dónde ir y qué hacer, o mejor dicho, cómo hacerlo.

Como pega podríamos destacar la cámara, que en algún momento nos ha jugado malas pasadas, o algunos puzles, ya no por el diseño de estos, que en general están bien, si no que el juego te permite llegar a zonas en las que hay puzles que no puedes resolver hasta que no tengas cierta habilidad, y no queda muy claro si realmente te hace falta esa habilidad, o qué no sabes resolver dicho puzle. Algunos dirán que es un juego simple, tal vez en algún punto, pero por lo general a nosotros no nos lo ha parecido. Es un juego noventero, en todos los sentidos.

Gráficamente es un disfrute, y ojo porque no estamos ante un título fotorrealista como el último Ratchet & Clank en el que a veces cuesta diferenciar las escenas extraídas de la película de animación de las del propio juego, si no ante un estilo mucho más cartoon, casi de plastilina, y recordad, un juego indie hecho por un equipo de personas relativamente pequeño. Pero el motor Unity y el buen hacer de los desarrolladores con el diseño de los personajes, el colorido y la fluidez de las animaciones consiguen que parezca un título muy atractivo en este sentido.

En cuanto a los escenarios, algunos se ven mucho mejor que otros, mucho más detallados o hechos con más mimo, como es el caso del primer mundo, o del mundo casino.

La banda sonora de la mano de Grant Kirkhope y David Wise es una delicia que nos transportará a otra época, concretamente a los años 90, y que junto al repertorio de efectos sonoros, cuando saltamos, entramos a una estancia cerrada, golpeamos, etc, acompañan al juego a la perfección en todo momento. Los personajes hablan un extraño idioma  que consiste en sonidos relacionados con su raza o aspecto, claro guiño a Banjo-Kazooie.

En definitiva, Yooka-Laylee es un juego que nos va a dar un mínimo de 15 horas de amor retro, dependiendo de lo completistas que queramos ser (se nos puede ir al doble de tiempo sin problemas), que nos llevará de viaje a una época en la que los plataformas daban el salto a las 3D, y el colorido y sentido del humor inundaban las aventuras de Rare. Un juego sencillo pero grande, agradable y divertido, que seguro disfrutarán más los amantes de aquellos clásicos.